Gastronomía de México para disfrutar aquí
Es una satisfacción reencontrarte con el restaurante que un día te enamoró. He contado en ocasiones anteriores mis gratificantes experiencias con este local. No he estado en México, pero las cocinas mexicanas que he probado en España nunca estaban a la altura de este sitio. Lamentablemente hubo un periodo de tiempo, en el cual lo visité en dos ocasiones, en las que salí bastante defraudado. Parece que entonces hubo algunos cambios que no debieron cuajar, pues en esta nueva oportunidad he notado una mejoría que iguala o supera a sus inicios. La calidad de los platos, los detalles con el comensal, incluso la atención vuelve a ser muy correcta y amable. Mejor para todos, para ellos y para nosotros.
El recibimiento fue espléndido, nada más encargar la comida nos sorprendieron con un detalle magnífico. Nos sirvieron este entrante a base de chicharrón, maíz y arroz tostados. Muy bueno y sorprendente. Un principio prometedor.
De los platos que pedimos, empezamos con este Pica Uña (nachos). Unos totopos con carne guisada, guacamole, queso fundido, pico de gallo, jalapeños frescos, no de conserva, cebolla encurtida y salsas caseras (salsa agria, de chile rojo y verde). Espectacular y muy abundante. Un festival de matices. Este plato lo he tomado en más ocasiones y nunca me había estado tan bueno. Las primeras veces sí me gustó mucho, por eso seguía pidiéndolo, pero está vez fue la que mejor lo encontré.
Nos ofrecieron dos salsas picantes por si queríamos condimentar con más intensidad. Todo un detalle que aprovechamos.
El siguiente pase consistió en una quesadilla de pollo con tortilla de trigo, cebolla encurtida, jalapeño fresco, queso fundido, ensalada mezclum y salsas variadas. Me gustó también. Buena presentación y en boca un conjunto de sabores diferenciados pero armónicos.
El último servicio fue un taco de tortilla azul, con tomate, atún y chicharrón. Una locura de plato. Empezando por la presentación de una tortilla de maíz hecha con esa variedad que se cultiva en México. Sorprendente detalle. Después el atún de mucha calidad. En alguna otra ocasión he comido aquí atún Balfegó, con su certificado y todo, no sé si en esta ocasión también lo era, pero la calidad es indiscutible. Un plato para disfrutar.
No había hueco para el postre. Una pena.
El vino fue uno de la zona que nunca defrauda, apuesta segura. El moscatel seco de Bodegas Les Freses de Jesús Pobre. Fresco, muy aromático, pero seco. Una elaboración que me satisface mucho.
Para finalizar nos obsequiaron con un estupendo tequila. Muchas gracias.
Después de esta experiencia, la mejor prueba de que ha ido muy bien es que tengo ganas de repetir en la primera ocasión. Hasta pronto.
Fotografías: © Paco Palanca / Instagram: @ojoalplato.blog / Facebook: @ojoalplato /Twitter: @ojoalplato /Twitter: @pacopalanca