Una idea materializada en diciembre de 2024 que todavía está en fase de consolidación, aunque se le ven ya muy buenas maneras y tiene visos de cuajar perfectamente. La juventud del equipo y el buen oficio culinario suplen la falta de experiencia en la puesta en marcha de un negocio propio, con mucha ilusión y ganas, lo que les permite salir muy airosos del día a día. Han puesto en marcha una boceto original, con platos en los que destaca la creatividad y las ideas novedosas, con algo de fantasía juvenil, y un fondo mediterráneo muy evidente. Tienen una idea muy personal de lo que deben dar de comer y lo llevan a la práctica, puede que algo no te encaje al principio pero debes darles una oportunidad. La carta es muy corta y algo atrevida, seguramente porque están tanteando qué es lo que mejor puede encajar entre lo que él quiere hacer y lo que los comensales piden. La línea del negocio es clara, la marca el chef Adrià Inglés, pero bien es cierto que el mercado manda muchas veces y hay que buscar un equilibrio. Es como la famosa frase de un importante abogado que en una entrevista dijo "Yo no me he especializado en derecho financiero lo han hecho mis clientes".

La carta se renovará periódicamente, en función de la temporada y del cercano mercado del Cabanyal, aunque en ella siempre habrá una serie de platos con vocación de permanencia, porque son como una seña de identidad y ¿por qué no? los favoritos de quien los ha creado. La puedes consultar aquí. Una de las primeras cosas que te recomiendo es que pidas el pan, está bueno. Se terminó enseguida.

El primer punto de la carta son unos aperitivos, que no vienen especificados pues es lo más variable de las propuestas, pero si los quieres los tienes que pedir, no se sirven necesariamente como en otros lugares. A la derecha tenemos el tomate que quería ser cereza, un tomate infusionado en algún extracto de zumo de la fruta. A la izquierda una gyoza o empanadilla rellena de nabo daikon encurtido, crema roquefort y trozos de almendra. En el centro la croqueta de seta shiitake, miso y ajo negro. ¿Original verdad?

Teníamos que probar esta coca de aceite con titaina vegana (receta de la iaia María), con un toque de algas, piñones y setas shimeji. La titaina vegana es una lástima, está buena pero eché mucho en falta el atún. Pero reconozco que estaba muy sabrosa, la tienes que pedir.

A Adrià le gusta mucho jugar con las frutas en los platos salados, les dan un contraste que yo no aprecio favorablemente, pero en este caso al tratarse de aguacate, que no es especialmente dulce, lo probamos. Está preparado en tempura de cerveza con mojo picón. Interesante. Vale la pena.

Gyozas caseras de sepia con salsa de allipebre, aceite de guindilla y almendra tostada. Este es uno de los platos que resiste en la carta, tiene bastante aceptación, aunque yo le pediría un poco más de intensidad en los sabores, reconozco que no es popular, pero me gusta notar el picante y el guiso de la sepia. Sé que este plato gusta mucho.

Albóndigas de bacalao con rebozado de patatas fritas. Este plato está fuera de carta, no sé si lo podrás pedir cuando vayas. Originales, como todo, y sabrosas.

Tiradito de carne de cerdo ibérico marinado durante 12 horas y braseado, jugo de pollo, puré de boniato, cebollita encurtida y quinua suflada. Este plato resulta sorprendente pues, a pesar de su elaborada preparación, resulta muy ligero. No te digo nada más, cuando lo pruebes ya me dices.

El plato que destacó del resto, para mi gusto, fueron estas mollejas de cordero rebozadas y fritas, con salsa teriyaki casera y puré de boniato morado. Perfecto el rebozado, bien la salsa y un buen complemento el boniato, aunque algo dulce para mis gusto. Ya sabes mi aversión a los contrastes.

También pedimos un plato de caracoles a la mallorquina con salsa de sobrasada, hinojo y hierbabuena. Pero la foto resultó ser fantasma, no está.

De postre pedimos esta versión del tiramisú. Bizcocho plancha de almendra, con una crema de mascarpone y café, cacao en polvo y gominolas caseras de Amaretto. Muy rico.

La carta de vinos es corta pero está muy bien elegida, puedes encontrar cosas muy interesantes. Para nosotros este San Cobate nos pareció genial. Es muy conocido y nunca defrauda. Un Ribera del Duero muy bien elaborado, con una cuidada selección de viñedos procedentes de cuatro zonas de la finca, muy interesantes por las diferencias que tienen entre sí de altitud, orientación y suelo. Empieza su crianza en barricas borgoñonas y finaliza en tinos de más de 15 años, de roble francés y austriaco. Se aprecian aromas de fruta madura. Notas de crianza con la madera de roble al fondo y toques balsámicos y especiados. En boca es potente pero con buen equilibrio entre madurez y frescura. Taninos dulces, estructurado. Final elegante y envolvente. Una delicia.

Aquí te dejo este reto para que lo descubras y lo disfrutes.