Este cóctel es de esos que tienen glamour. Para mi el juego cromático que se produce en el vaso me resulta muy atractivo y evocador. Es un blanco y negro con mucha clase.
Es sencillo de realizar y los ingredientes son muy habituales en la mayoría de bares domésticos.
Originalmente el cóctel era black russian, pero al añadirle la crema de leche se creó la variante white russian, que a mi particularmente me resulta más conseguido y apetecible.
Se debe tomar en vaso pequeño, yo por lo menos así lo recomiendo, pues es bastante contundente y entra muy bien, te puedes tomar dos sin darte cuenta.
Se llena el vaso de hielo picado, las fórmulas que conozco indican que se ponga en la coctelera tres partes de licor de café y cinco de vodka y se agite junto con el hielo. Yo prefiero poner los licores por separado, primero el licor de café, que quedará en la parte baja del vaso, después el vodka, que apenas se mezclará con el licor de café, y después una nube de crema de leche, que forma con el vodka, en la parte superior del vaso, una zona blanquísima. Después se espolvorea con un poco de canela.
Al beberlo se toma por partes primero el vodka con la leche, exquisito, y al final se llega al licor de café con un poco de vodka mezclado, sublime.
Es un cóctel que a nadie deja indiferente, es muy equilibrado, ya que la sequedad del vodka queda contrarestada por el licor de café, y la crema de leche le da una untuosidad que facilita su paso por boca, probadlo.
Segun he visto en esta web, también lo bebía Jeffrey Lebowsky, personaje de El gran Lebowsky, la gran película de los Coen.