Playa de La Concha
En San Sebastián (Donostia) hay una cultura gastronómica que los distingue de lo que en otros lugares se come, no en balde allí tienen la mayor concentración de estrellas Michelín por censo de población, algo nos ha de decir esto. Diez estrellas Michelin entre seis restaurantes.
Sidrería Izeta
Las sociedades gastronómicas son algo habitual, porque la costumbre del buen comer forma parte de su manera de ser. No son hechos aislados, forma parte de la idiosincrasia del pueblo vasco. Las sidrerías son locales populares donde se da culto al comer tradicional en base al producto local (tortilla de bacalao, chuletón de vaca o pescados) de una calidad insuperable.
La cultura del pintxo forma parte de ese estilo de vida que los distingue. En muchos otros lugares se tapea, Granada es un lugar idílico para la tapa, Valladolid con su concurso internacional de tapas no tiene nada que demostrar a estas alturas, la calle Laurel en Logroño, El Tubo en Zaragoza, etc… pero la cultura del pintxo en San Sebastián es su elemento diferenciador.
Esto es algo que allí se han trabajado bien y también se han sabido vender, no es casualidad. La tapa es algo tradicional en toda España, pero allí, gracias a esa sabiduría culinaria que los diferencia, han dado un paso más allá y han creado una tradición de cocina en miniatura muy sofisticada.
De todas formas, la situación actual también les ha afectado, ya no se ven esas exposiciones monumentales de bandejas y fuentes llenas de coloridos montaditos, cazuelitas, mini bocadillos, croquetas y brochetas como antaño. Ahora muchos han optado por montar una pizarra con las elaboraciones que ofertan, que siguen siendo muchas, otros han instalado pequeñas vitrinas en las que exponen una muestra de las elaboraciones disponibles, incluso algunos ahora recurren al aséptico QR para que te descargues la carta y elijas lo que quieres tomar. Las circunstancias obligan, pero el ambiente no se ha resentido mucho. Los abundantes bares que proponen esta magnífica forma de comer siguen repletos de incondicionales del pintxo.
Está claro que no es todo de la misma calidad, hay locales con colas para entrar y otros están completamente vacíos, o casi, a cualquier hora. Esto no necesita ninguna explicación. Pasa en todas partes.
Hay que puntualizar que en San Sebastián, en toda la ciudad, se pueden tomar pintxos, pero hay una serie de sectores o zonas dónde hay una mayor concentración de bares y mayor oferta para “potear”. La principal, la más conocida, la más tradicional, la más bulliciosa y también la más turística, es la “Parte Vieja”, que no hay que confundir con el Centro ni con el barrio Antiguo que son diferentes lugares. He visto a turistas preguntar “¿cómo se va al centro?” cuando lo que realmente querían era ir a la “Parte Vieja”. En tres calles y sus aledaños se concentra lo más importante de esta zona: la calle 31 de agosto, Pescadería y Fermín Calbetón.
Ten cuidado con la bebida, pide media caña o zurito, mira el tamaño que se utiliza por aquí. La medida estándar es el vaso de sidra.
O una copa de vino si te va más, si no te controlas no acabarás bien con tantas rondas como te esperan. Ellos lo llaman txikiteo.
Las propuestas de cada uno de los bares en los que se “potea” es abundante, pero cada uno de ellos se ha hecho famoso por uno o dos de sus pintxos, estos son algunos de los lugares emblemáticos y de sus estrellas gastronómicas en miniatura.
PARTE VIEJA
A Fuego Negro, probar su mini hamburguesa de buey de kobe
y su pajarito marinado frito (codorniz).
La Cuchara de San Telmo, Foie a la plancha con compota de manzana o sus carrilleras. Cuesta entrar, pero vale la pena hacer la cola.
Txuleta, por su pintxo de chuleta (brocheta de vaca vieja).
Bar Sport, imprescindible su foie a la plancha con pimienta negra. Es espectacular.
Borda Berri, cualquiera de sus risottos, que van variando frecuentemente.
Gandarias, no te pierdas su montadito de solomillo y su brocheta de gambas.
Senra, para disfrutar de su ensalada de tomate muy sabroso.
La Cepa, prueba el bocadillo de jamón ibérico o el de bonito con todo.
Néstor, su tortilla de patatas es deseada, hacen una a las 13 horas y otra a las 20 horas, cada una da para 16 raciones. No va más.
Gorriti, pídete una gilda con todo, mejillón, bonito, anchoa, piparra, aceituna,...
La Viña, para finalizar la primera ronda con su mundialmente famosa tarta de queso. Pide media ración.
Otras opciones que valen la pena son Martínez, Ganbara, Txepetxa, Txalupa, Casa Tiburcio, Paco Bueno,...
Otra zona emergente, pero que no llega a la concentración de bares por metro cuadrado de la “Parte Vieja” es la ZONA GROS, muy cerca del Kursaal (Palacio de Congresos de Donosti).
La Bodega Donostiarra, con su archifamoso “mini bocadillo completo”, de bonito, piparra y algo más que no desvelan.
Bergara, un bar que acapara muchos premios y su estrella es la “Txalupa” a base de setas, langostinos y queso.
Ezcurra, despacha 700 kilos de ensaladilla al mes, por algo será. La venden hasta para llevar.
La ZONA CENTRO, más tranquila y menos congestionada, pero con buenas ofertas si se sabe buscar.
Casa Vallés, según cuenta la tradición, es el inventor de la Gilda.
Mesón Martín, por su trainera, a base de chipirón y gamba con jamón.
Zazpi, La Espiga o Alustiza, son recomendables también.
La ZONA ANTIGUO, queda algo más apartada de todo lo anterior, cerca de la subida al monte Igeldo.
Abakando, especializado en mariscos, cualquiera es buena opción, pero la vieira a la plancha es espectacular. También la brocheta de langostinos y bacon.
Vinoteca Bernardino y Mandrágora, otras opciones a tener en cuenta.
Perderse por Donostia (San Sebastián) es una alternativa muy recomendable, en cualquier esquina o callejuela te puedes encontrar tu “descubrimiento”, aunque, sin duda, una buena recomendación es fijarse en dónde va la gente, éxito seguro.