Al atardecer en Sevilla la mejor tarea que puedes emprender es salir de tapas, da igual hacia donde te dirijas, siempre vas a encontrar lugares en los que saciar tu apetito o tu capricho, lo que más tengas. Como se aprecia las cartas son extensas y variadas, esta corresponde a la Bodega Antonio Romero.

Uno de los escogidos por nosotros este día fue la Bodega Antonio Romero, el original, hay algunos otros locales que se han abierto por la ciudad de la misma firma. La tapa más icónica y famosa de estos establecimientos es el montadito que denominan Pripi, como se ve viene serigrafiado su nombre hasta en la vajilla, éste lleva lomo, queso, bacon, tomate y mayonesa. Dicen que también le ponen un ingrediente secreto que nadie conoce ¿Será verdad?

Otro de los montaditos que tienen mucho éxito es el de pringá. Es una mezcla de tocino con carne de gallina, ternera y cerdo desmigadas, aunque también puede admitir otros ingredientes, según la costumbre de cada casa ya que se trata de un plato típico de Andalucía. Resulta muy sabroso.

El tercero y último que probamos viene enunciado como "de la casa", cuando veo ese nombre no me puedo resistir ya que pienso que será de lo mejor, no tendría sentido que fuese de otra manera, aunque éste tiene un fuerte competidor en "el piripi". A la vista está su contenido jamón, tortilla francesa y pìmiento verde. Muy rico.

Otro de los lugares visitados fue el Dos de Mayo, recomendado por una lugareña a la que hicimos caso y allí que nos encaminamos. El establecimiento es amplio y con una decoración muy atractiva que rememora los aires de taberna. Cuenta con una magnífica terraza que da a una plaza y una amplia barra, donde se exponen las especialidades. 

Como se puede apreciar el interior es atractivo, con una decoración muy típica de establecimiento para tapeo. Llegamos pronto por el ansia que teníamos por empezar nuestra ruta. Éste fue el primer local que visitamos, ya que veníamos con recomendación y nos encantó su tipismo.

La carta de tapas era importante y por lo tanto difícil decidirse, pero al final nos decantamos por unas tortillas de camarones. Crujientes y ricas.

Estando en Andalucía la fritura es imprescindible. Nuestra segunda opción fue este calamar. Me encanta como dominan esta técnica de cocina por estas tierras. Tierno y sabroso.

Éste fue otro de los locales que visitamos en este primer periplo de tapeo. Blanco Cerrillo es muy popular, a pesar de que el local es muy pequeño, se pone a tope a determinadas horas. Como se puede apreciar las mesas están muy solicitadas. La carta está a la vista y como se puede ver no es muy extensa, hay lo que hay, seguramente lo que por el tiempo han comprobado que tiene más aceptación, ni más ni menos.

Aquí pedimos una tapa de boquerones en adobo, que estaban bien de sabor, pero algunos estaban partidos, lo que no afecta a su sapidez. Dicen que mucha gente viene a por ellos para llevárselos a casa. Una prueba de su éxito.

La segunda tapa que pedimos fueron estas "croquetas de la casa" las cuales no se sabía de qué eran. Menos mal que solo encargamos dos. Decepción.

Este fue el primer día de tapeo por Sevilla, afortunadamente con más éxitos que fracasos. Empezamos en el Dos de Mayo, seguimos con el Blanco Cerrillo y terminamos en La Bodega de Antonio Romero. La que más me gustó fue esta última, la de los montaditos.

Sevilla por la noche es una fiesta total, las calles se llenan de gente ocupando todas las terrazas, y hay muchas.