Alicante es una fiesta permanente. Está claro que el clima y las condiciones geográficas de un lugar ayudan mucho y de eso Alicante tiene bastante. Su temperatura, luminosidad y orientación tan próxima al mar hace que sea una ciudad amable, que invita a pasearla y disfrutarla a cualquier hora del día. Pero además es fundamental el carácter mediterráneo de su gente, que de eso depende mucho su naturaleza disfrutona. Salir y reunirse con amigos alrededor de una copa es algo genético en esta tierra.
Les encanta probar y descubrir esos sitios donde merece la pena ir, ya sea porque se come de fábula, porque su ambiente o decoración lo convierte en un sitio especial o porque tiene ese algo que hace que arrase y sea un lugar de moda. La gastronomía es parte fundamental de la fiesta.
Me ha sorprendido gratamente cómo se vive la calle en Alicante.
Gente de todas las edades sale a disfrutar de las buenas temperaturas de esta ciudad.
De noche y de día.
No solamente en una única zona, sino en distintos lugares
La actividad es continua
Pero ésta calle es la que se lleva la palma en cuanto a las preferencias de la gente joven