Miquel Ruiz, cuando la imaginación parece que no tiene límites.
Para nadie que siga este blog debe ser un secreto lo asiduamente que procuro frecuentar este restaurante. Varias son las razones de mi inclinación hacia El Baret de Miquel. Fundamentalmente se pueden resumir en que cuando pasa algo de tiempo echo de menos volver a probar algunos de sus platos, pero también tengo mucho interés por conocer las últimas novedades que puede haber incorporado a su carta. Son platos que aúnan creatividad y tradición con mucha genialidad.
Éstas son algunas de las creaciones que tuve ocasión de probar en mis últimas visitas. La esponja de ceviche con erizo de Dénia es una de sus últimas propuestas. Un ingenioso trampantojo, que juega con la imagen de una esponja de baño cubierta de huevas de erizo. El sabor ácido del ceviche contrasta perfectamente con el sutil dulzor de las huevas. Una delicia.
Un clásico de la carta que hay que volver a probar de vez en cuando, las croquetas de “Arròs amb fesols i naps” (Arroz con alubias y nabos).
El figatell de sepia es una creación imprescindible. De momento desde que lo probé no he dejado de pedirlo. No lo pueden retirar de la carta por la demanda que tiene.
Escabeche de caballa con helado de pan, tomate y anchoa. El punto de los pescados está siempre ideal.
Tataki de bonito con ketchup de naranja. Un plato sencillo con mucha imaginación y exquisito.
Cous-cous de pulpo de Dénia con pescado asado. Es un plato que he probado recientemente pero se ha convertido en un fijo. Veremos cuanto tiempo se mantiene en la carta.
Para acompañar todos estos platos marineros vino muy bien éste Nisia 2012, un verdejo de la DO Rueda muy de mi gusto, elaborado por Bodegas Ordoñez.
Para finalizar un guiso de rabo de toro, contundente, tierno y exquisito. Para tener en cuenta en próximas ocasiones.
Con este rabo de toro, un Ribera del Duero, Ferratus AO. Muy buen compañero. Un vino joven con carácter y personalidad.
El postre fijo e imprescindible, la tarta de manzana que tan ingeniosamente se elabora en este restaurante. Nada similar a lo que se entiende por una tarta de manzana, pero con todos sus ingredientes y algo más. Exquisita.
Otro de los postres recientes, raviolis de chocolate, fruta de la pasión y menta.
Y un postre desaparecido momentáneamente de la carta, bomba de chocolate blanco. Una pena, espero que reaparezca pronto.
Son tantas las cosas que me gustaría probar cada vez que voy que salgo con la sensación de que tengo que volver pronto.
El Baret de Miquel. C/ Historiados Palau 1, Dénia. Teléfono 673 740 595