Del mercado a la mesa con total respeto a la materia prima
Cuando llevas mucho tiempo queriendo ir a un restaurante y pasan los días sin hacerlo, tiendes a idealizarlo, porque las ganas de ir hacen que aumenten tus expectativas y eso es peligroso, ya que los deseos son propensos a engrandecer el objeto de nuestro anhelo. Afortunadamente, con el restaurante El Cabanyal no ha ocurrido eso. Hace mucho que quería venir y tenía unas miras bastante elevadas en cuanto a lo que allí me iba a encontrar, pero éstas se han visto colmadas. No me ha defraudado para nada, al contrario. Es un restaurante donde lo importante es el producto, al cual se le aplica un buen tratamiento en la cocina para conseguir lo mejor de él.
Está en un edificio de estilo modernista. Interiormente la decoración se mantiene acorde con el espacio y resulta muy acogedor y agradable.
Los detalles son importantes.
Es una gozada ver a Maribel como se multiplica para atender a todas las mesas con la mejor disposición. Cómo sabe captar lo que buscas en su casa y te lo ofrece sin necesidad de que mires la carta, ella intuye enseguida qué es lo que te va. Hay que dejarse llevar, es la mejor opción. La oferta tiene su punto fuerte en los productos del mar, aunque también hay alternativas para carnívoros.
Entre las propuestas que nos hizo acabamos eligiendo éstas.
Ensaladilla de llisa desmigada con raïm de pastor encurtido. Una reinterpretación de la ensaladilla rusa, ya que ésta lleva como ingrediente principal la patata y la que nos comimos lo que más llevaba era pescado, sin escatimar en el producto. Muy buena.
Alcachofas rehogadas con colas de langostinos. Verdura tierna de temporada en su punto, acompañada de una buena ración de marisco ¡Que más se puede pedir!
Sepia bruta de playa a la plancha en su tinta. Cuando decimos que una sepia tiene que estar tierna nos referimos a esto y además sabrosa. Una abundante ración ¡Para disfrutones!
Gallo San Pedro con pimientos confitados. Con dos elaboraciones, el lomo a la plancha y la cabeza rebozada y frita. Exquisito.
Bonito con parmentier de patata y tomate confitado. En un punto ideal para disfrutar de su textura y sabor.
Bacalao Skrei a la bilbaína con guindillas y ajo. Exquisito. Laminado, tierno y gustoso. Mucha calidad.
Tarta de naranja con helado de chocolate. Si la tarta estaba buena el helado superior, impresionante el sabor del chocolate. Los helados aquí son imprescindibles, hay que probarlos.
Lamento haber tardado tanto en ir, ya que lo que he disfrutado en esta ocasión podía haber sido antes, pero el camino ya está abierto.