En 1998 se funda el Club de Guisanderas, integrado inicialmente por 13 de las mejores cocineras de Asturias y propietarias de algunos de los restaurantes más emblemáticos de la región. Su objetivo es el de salvaguardar la gastronomía tradicional asturiana, compartiendo recetas para conservarlas y difundirlas. Una de ellas es Viri Fernández propietaria y promotora de este rincón gastronómico que rezuma autenticidad y tradición por sus cuatro costados. Ahora han tomado el relevo su nuera Majo y su hijo Daniel, ya que ella ahora, ya jubilada, se dedica en exclusiva a colaborar en la difusión de este entrañable club de mujeres impulsoras de la tradición culinaria asturiana.
El local ha ido sufriendo ampliaciones y transformaciones, han mantenido la entrada original, al menos así parece, pero el interior es un lugar totalmente confortable que mantiene una estética tradicional. Disponen de una terraza a espaldas del restaurante, bajo unos árboles, que permite disfrutar de una comida al aire libre o al menos un café después de comer. Una cocina basada en productos de la zona, con recuperación de recetas antiguas con toque vanguardista, utilización de productos ecológicos de la huerta, respaldada por el movimiento internacional “Slow Food”.
En el aperitivo nos decantamos por probar una cerveza artesanal de origen asturiano, elaborada con el agua de los manantiales de Borines, en la falda de la Sierra de "El Sueve". Dicen que con esta bebida han conseguido mejorar el agua del manantial ;). Se trata de una cerveza tipo lager. Rubia, ligera, de baja graduación alcohólica (5º), con agradable aroma a lúpulo.
Este plato figura en carta como "Tomate bien Casado", viéndolo se entiende que lo que está es bien madurado en la mata. ¡Por fin un tomate maduro, sabroso y prieto! Nada más que decir, solo que procede de las huertas de Candamo, justo de allí mismo. Km 0 no, Hm 0.
Las verdinas son un tipo de alubias verdes de textura cremosa y sabor delicado. La combinación de verdinas y marisco es espectacular cuando los ingredientes son frescos y en su sencillez se convierte en un plato exquisito. En el 2013 ganaron el concurso de la mejor fabada, aplícale eso mismo a este plato.
El clima de asturias en septiembre permite disfrutar de platos de otoño-invierno, como estas hojas de repollo rellenas de guiso de carne de ternera. Se trata de un plato con bastante elaboración ya que se procesa primero el guiso del interior y después hay que rellenar el repollo con él y darle un toque de horno. El trabajo queda sobradamente compensado con el resultado. Exquisito.
Estaba claro que estando en Asturias tarde o temprano había que probar el cachopo, aunque reconozco que no es de lo que más me apetecía, en esta tierra hay mucho bueno y esta carne empanada no me parece de lo mejor, que me perdonen los forofos de este "filetón". Pero puestos a hincarle el diente que mejor que hacerlo con una variante del clásico de ternera, queso y jamón. En esta ocasión nos lo ofrecieron de gochu-gochu, es decir de cerdo asturcelta. Más sabroso y tierno que la ternera.
Igual que me pasaba con el cachopo, pensaba que algún día tendría que pedir el arroz con leche, pero las raciones son tan abundantes que nunca quedaba sitio para él. Afortunadamente en este caso fue un acierto ya que las fresas que se cultivan en este concejo tienen denominación de origen. Lo que se ratifica por el estupendo sabor que tenían, fresa-fresa de verdad (aunque sea fresón). Junto con una cremosa cuajada. ¡Feliz! Todos los años se celebra un concurso de la fresa el primer domingo de junio en Candamo.
En el mes de marzo, con motivo de la celebración del día internacional de la mujer, el restaurante presenta una carta de vinos hechos por enólogas, aunque estábamos en septiembre nos ofrecieron esa selección, de entre ellos elegimos este vino portugués, elaborado con las variedades Aragonêz y Touriga Nacional. Con 90 pts Robert Parker, es un vino fresco, afrutado y elegante. Suave, aterciopelado y equilibrado. Un acierto.
El café pudimos tomarlo en el jardín, un remanso de paz y belleza. Aquí no hay exprés, ni cápsulas, aquí se elabora según el método ancestral, se hace una infusión en agua caliente. Lo que por aquí llamamos de puchero. Pero estaba rico, nada que envidiar a otros. Una delicia.
Otro que te tienes que apuntar en tu agenda.