En el occidente asturiano, en las proximidades de Soto del Barco en la cuenca del Río Nalón, el asador El Paraíso de Riberas es una elección muy interesante. Su cocina tradicional, su pote asturiano (premiado), su fabada, sus embutidos y sus carnes a la parrilla, son referencia en la zona. Desde su menú del día, que sorprende, por sus sabores auténticos, pero lo que llama la atención aquí son las carnes de vaca vieja finamente elaboradas en parrilla, a elegir entre chuletón y entrecot, o bien un churrasco de buey certificado, sin olvidar sus costillas de cerdo Duroc, disfrutar es fácil. Hay que visitarlo, porque aquí se come muy bien.
Hay evidencias de que aquí la gastronomía tradicional no tiene secretos para la cocinera Carolina Raimat, ganadora de algunos premios de cocina asturiana. Nosotros quedamos tan satisfechos que programamos una segunda visita para probar más platos.
Lo primero que había que probar era el famoso pote, que obtuvo ese premio. Se trata de un cocido tradicional que si no fuera por la fama de la fabada, que lo eclipsa, puede estar considerado al nivel del cocido montañés de Cantabria y otros similares. Éste se elabora con fabes, como legumbre en lugar de garbanzos, y también lleva berzas, patatas y el clásico compango asturiano, a saber morcilla, chorizo y panceta. Está muy rico y es muy fino, sienta aún mejor que la fabada, ya que las verduras y las patatas lo aligeran un poco.
Sabiendo lo bien que saben hacer el pote aquí, en El Paraíso, no íbamos a dejar pasar la ocasión de probar su fabada. Exquisita, muy mantecosa y sabrosa. Ya sabes como se las gastan aquí con las raciones, cada sopera es para una persona. Puedes repetir las veces que quieras. Y lo haces porque está estupenda.
Esto es un asador y la exposición de carne invitaba a pedirlo todo, pero después de la fabada y el pote había que ser realista y pedir una sola carne para compartir. Casi medio kilo de entrecot, en su punto, jugoso y muy gustoso. Dió pena que se acabase.
Un detalle importante son los cuchillos que te proporcionan para cortar la carne. Lo primero es que son de Taramundi, una localidad asturiana especializada en la forja de cuchillería. Lo segundo es que los buenos cuchillos para este menester son de filo recto, no dentados o de sierra, el corte es más limpio ya que no desgarra la fibra de la carne, la corta limpiamente, claro, si esta bien afilado.
De postre tomamos una tarta de queso exquisita, templada y sabrosa. Nada de nevera.
Esta primera comida la acompañamos con este Muga 2020, elaborado en Rioja con las variedades Tempranillo, Garnacha tinta, Mazuelo y Graciano. Es un vino que se muestra pletórico con una permanencia en boca larga, es equilibrado y elegante. Destaca una acidez perfectamente integrada y con un tanino suave. Muestra un final de boca muy largo y frutal. Delicioso.
Como nos gustó tanto volvimos pocos días después para disfrutar de algo más de su carta, hoy nos queríamos centrar más en la carne y empezamos con estos mejillones a la marinera. Muy ricos.
Empezamos con una de las especialidades de la parrilla como las costillas de cerdo de raza Duroc que se hacen lentamente para que la carne quede tan tierna que se separe del hueso. Una barbaridad de ración, ocho tramos de costilla que no pudimos acabar. Y estaban espectacularmente buenas.
Acabamos con un churrasco de buey, certificado, es decir, hay un documento que me mostraron donde se especificaba que esa carne procede de un auténtico macho castrado y no de una vaca vieja. Las patatas se quedaron todas en el plato, no podíamos más. ¡Cómo comen en esta tierra!
Desde luego en esta ocasión no pedimos postre. Era imposible tomar nada más.
El momento pedía dar un paso al frente con el vino que iba a acompañar estas carnes, y nos decantamos por este Pago de Carraovejas 2021. Elaborado con Tinto fino (92%), Cabernet Sauvignon (5%) y Merlot (3%). Un vino que enamora, que acaricia el paladar y vuelve por retronasal a deleitarte con su fragancia. ¿Se nota que me gusta?
Éste fue nuestro paso por la parrilla del asador Palacio de Riberas, cerca de Soto del Barco, en la parte nororiental de Asturias. Déjate caer por allí.