A veces las corazonadas dan buen resultado
Supongo que a todos os ha pasado, yo estoy teniendo suerte últimamente, a veces ves un restaurante y algo te dice que allí se puede comer bien. Esto no es infalible, pero con el tiempo vas mejorando la intuición. Lo primero que hay que hacer es ver, con discreción, que hay en las mesas que han llegado antes. También si la afluencia de clientes es moderadamente numerosa. Y al final, mirar la carta. En esta ocasión las dos primeras premisas se daban bien, y la carta me pareció hecha por un cachondo que se toma la gastronomía muy en serio. Echadle un vistazo.
A la vista de que se cumplían los requisitos previos mínimos, nos aventuramos y empezamos a pedir, primero una ensaladilla. Plato infalible para testear un restaurante. Es una tapa que todos conocemos y que a pocos puede engañar. En esta ocasión superó con creces la prueba. En carta figuraba como "La Putin Ensaladilla, con pepinillos y ventresca de atún".
Una sencilla ensalada también es un buen indicador para testear hasta dónde llega la imaginación del cocinero. De nuevo me dan ganas de felicitar al que redactó la carta. "Ensalada Madrina, con ventresca de atún, tomates cherry confitados, maíz, olivas, pimientos de padrón, queso y aguacate". Y además bien aderezada.
CroKeta Mina, croqueta de bacalao. Una buena CroKeta, sabrosa, tierna por dentro y crujiente por fuera.
CroKeta Mina, croqueta de rabo de toro. Igual o mejor que la anterior.
"Marie Curry, verde de tofu y patata". Un curry para europeos, algo descafeinado, seguro que muchos echarían en falta más intensidad del cilantro y algo de picante. Pero estaba bueno. Y el nombre me chifla.
"CaLaMar de Bó, los peques en la plancha". Realmente estaban "la mar de bons", muy buenos, tiernos y sabrosos. El producto impresionante.
Un lugar más al que ponerle una señal en el mapa gastronómico de Ojoalplato, para volver a visitarlo de vez en cuando.