
Cada día disfruto más de los restaurantes que hay en mi barrio, es muy satisfactorio tener tan a mano buenos locales en los que poder comer bien y ver como el entorno va adquiriendo algo de ese nivel gastronómico que tanto revitaliza, económica y socialmente, una zona de la ciudad, esto no es ni El Carmen, ni Ruzafa, ni El Cabanyal, en cuanto a la cantidad de oferta se refiere, pero ya hay buenos sitios para elegir. En esta mini guía del distrito de Jesús se puede ver de lo que hablo.
Casa Eusebio es un restaurante que ofrece de todo pero su fuerte es la cocina marinera y en eso nos centramos cuando vamos. Estas sabrosas navajas son una prueba de lo que digo.

Continuamos con unas buenas zamburiñas con cebolla caramelizada y rustido ibérico, a las que le sobraba la crema de vinagre balsámico, por lo demás fantásticas.

Si hay quisquillas, quiero quisquillas. Como estas, hermosas y bien cocidas, en su punto.

Del plato que no se puede prescindir en Casa Eusebio es de la lubina especial a la plancha con un toque final de horno. Sale perfecta y está suculenta. En pocos sitios se encuentra un pescado como este, por tamaño, más de dos kilos la pieza entera, y por sabor y calidad. Esta mitad, según factura, pesaba 1,2 kg. Se aprecia perfectamente el tamaño en comparación con el plato y mis manos.

El vino que tomamos fue este Finca Valiñas 2019, es un monovarietal de Albariño elaborado en la subzona de O Val do Salnés al amparo de la D.O. Rías Baixas por la bodega Mar de Frades. Es un vino blanco con fermentación y posterior crianza en barricas y depósitos inoxidables de 3 y 5 meses respectivamente, para terminar la misma en barricas de roble francés durante 6 meses más, lo que permite tener en la copa un vino muy varietal, lo que eso supone en los albariños (frescura, fruta, salinidad), junto a una interesante complejidad que le da el aporte de la madera. Espectacular.
Estoy programando una visita con unos amigos.