Fran Olmos, una persona ingeniosa y simpática, con recursos dialécticos y don de gentes, se presentó como embajador de la marca, era una manera elegante de decir que la representaba en actos de promoción, como aquel que se iba a producir en la sala de catas de Bodegas Santander-Beal’s, en la calle Alzira número 15. Sin duda suena mejor ser embajador de la marca que promotor. Desde el primer momento creo que consiguió captar toda nuestra atención y el interés se mantuvo hasta el final de la sesión. Fue muy ameno.

La primera idea que nos expuso fue la del eslogan de la marca, se describe como una ginebra “inusual”. Pretende ser diferente, quiere ser otro concepto dentro de la coctelería y mantenerse en lo que se podría considerar una escuela clásica dentro de la combinatoria.

Incluso la botella recuerda a un envase antiguo de farmacia o botica. Particularmente es un diseño que me gusta, tanto la forma como el color. Luego hablaremos del contenido que es lo importante, aunque está claro que la primera impresión visual es muy importante. Hizo una breve introducción sobre la historia de la ginebra. Nos dijo que era un invento holandés del siglo XVI, no británico como muchos podrían pensar, debido a la aceptación que tuvo en su momento en Inglaterra. Se distribuía entre los soldados holandeses para incrementar su arrojo en la batalla. Los soldados ingleses la llevaron a Gran Bretaña. En 1650 un médico llamado Silvino declaró que la ginebra cura, ya que sus principios activos actúan como un antiséptico. En 1870 nació el gin tónic. Al invento del señor Schweppes, el agua gasificada o seltz, unos médicos ingleses le añadieron quinina para combatir las fiebres producidas por la malaria. Para suavizar la ingesta de esta bebida amarga se le añadió la ginebra y de ahí nació el gin and tónic. Las ginebras se clasifican según los procesos de elaboración, orígenes o resultados. Las clasificación más conocida es la que las encuadra en estas seis categorías. Las Tradicionales, las London Dry Gin, las Playmopunth Gin, las Old Tow Gin, las Distiled Gin y la Hendrick’s. Una clasificación un poco casera, pero aceptamos pulpo. Esta es una forma de decir que la Hendrick’s no es una ginebra que se puede clasificar dentro de cualquiera de las anteriores categorías. Cada ginebra tiene una “formula” peculiar que consiste en destilar determinados elementos vegetales que le confieren un aroma y sabor característicos. Las once especies botánicas que se utilizan para elaborar esta peculiar ginebra son las siguientes: Pimienta de Cubeba, camomila, semilla de alcaravea, flor de saúco, reina de los prados, cáscara de naranja, enebro, cilantro, raíz de lirio, raíz de angélica y cáscara de limón.

Una vez destilados estos once botánicos al resultado se le añade una infusión de rosa damascena de Bulgaria y una esencia de pepino, que constituye el toque final de esta peculiar ginebra. El resultado es una ginebra transparente con reflejos acerados, untuosa, con una nariz muy aromática, destacando en enebro, las flores y los cítricos. En la boca se percibe el alcohol y por retrogusto pimienta y aromas florales. Después de la teoría pasamos a la práctica

Siguiendo con la filosofía de resultar inusual, empezamos por ver la preparación de un ponche caliente de ginebra Hendrick’s, cuya fórmula se le atribuye a Charles Dickens. En una olla de cobre como la de la foto se introducen 0,75 litros de ginebra Hendrick’s, 0,75 litros de oporto tawny o Madeira, un cuarto de piña natural, o rodajas de naranja, una cáscara de limón, el zumo de un limón, dos cucharaditas de canela, una rama de canela, un toque de nuez moscada, cuatro clavos aromáticos, una cucharada de enebro en grano, cuatro cucharadas soperas de miel y cuatro cucharadas soperas de azúcar moreno. Las cantidades de los ingredientes se nos dijo que son orientativos. Todo ello se pone a cocer a fuego muy lento para que se infusiones bien y reduzca la cantidad de líquido, teniendo cuidado de que no se quemen el azúcar y la miel en el fondo de la olla. Remover de vez en cuando También nos hizo una demostración de como hace su gin tónic con Hendrick’s. Lo primero a tener en cuenta es la importancia de la pureza del hielo. Hay cubitos que al congelar se recubren de una capa blanca que no es ni más ni menos que las sales de calcio que lleva el agua y a veces esta es la responsable de algunas jaquecas, según nos explicó, lo mejor es enjuagar estos hielos con agua corriente para eliminar esa cal. La mejor opción son los hielos elaborados con agua de ósmosis o los típicos cubitos industriales. En una copa de balón se coloca abundante hielo, una corteza de limón, solo corteza sin pulpa. Cuatro centilitros de ginebra. En plan malabar y espectacular vertió la tónica por el mango de la cuchara de cóctel. Después cortó una fina tira de pepino y se adornó la copa con él. Todo un espectáculo y una grata experiencia muy divulgativa que sirvió para conocer las características de esta magnífica ginebra y sus usos.