Este es uno de esos sitios que querría guardarme sólo para mí.
Estar al lado del mar comiendo, o haciendo lo que sea, es una gozada. No voy a descubrir ahora que los restaurantes que se encuentran cerca del mar y desde los que hay una buena vista tienen un plus que los hace más atractivos.
¿A quién no le fascina comer desde una mesa que tiene estas vistas? La disposición de muchas de las mesas del restaurante permiten disfrutar de unas vistas al mar que convierten el acto de comer en algo muy gratificante. No todas las mesas tienen las mismas vistas, pero eso sucede en todos los restaurantes con vistas al mar, como por ejemplo Akelarre, hay mesas en primera línea y otras no.
La sala de Gloriamar está sobre la misma playa, apenas un pequeño paseo separa la fachada del restaurante de la arena.
El aceite que se sirve en la mesa, de la Vall de Gallinera, Tot Oli. Primer Premio de AOVE producido en la Comunidad Valenciana cosecha 2016/2017 según la EVCATA a la calidad de los aceites vírgenes extra. Este aceite verde e intenso, ha sido elaborado a partir de las variedades arbequina, manzanilla, picual y blanqueta. Es un aceite afrutado, complejo y aromático.
El servicio de mesa también incluye un surtido de sales, de escamas aronatizada con limón, rosa del Himalaya y sal negra.
El pan de cereales y de tomillo. Correcto pero bastante mejorable.
El vino elegido para esta comida el Pezas da Portela. Elaborado con la variedad godello, elaborado por la bodega Valdesil en la D.O. Valdeorras, procedente de plantas de más de cincuenta años, tiene buena intensidad aromática, recuerda a la fruta blanca, floral y mineral. En boca es untuoso y sabroso, muy mineral y con muy buena acidez. Una apuesta segura.
El primer entrante fue este cono de brandada, con pimiento a la llama y capellán. Una brandada con mucho sabor a bacalao, se notaba que no habían escatimado en el producto.
Segundo entrante, sobre una capa de cebolleta a la llama, un tapenade de aceitunas y anchoa. Si el anterior bocado sorprendió por su autenticidad en el sabor éste aún fue mejor. Una explosión de sabor.
Crujiente de pasta filo con caballa en escabeche ligero, verduras y mahonesa de albahaca. Exquisito. La caballa perfecta.
Mejillones en salsa Thai. Los mejillones espectaculares, en su punto, pero la salsa muy suave, sin la fuerza de una salsa tailandesa. Buena pero despista, te esperas algo con más intensidad.
Buñuelo líquido de rabo de buey. Muy bueno, realmente líquido en el interior y crujiente por fuera.
Navaja en tempura con salsa kimchi. Sabrosa la navaja y la presentación en tempura acertada, con el toque picantito de la salsa kimchi.
Quisquillas del mediterráneo, vegetales de temporada y jugo de sus cabezas. Impresionante, sobre todo el jugo, sabor a mar intenso.
En la base un cremoso de pan, vieira marcada a la plancha, papada cocida a baja temperatura y marcada al grill, migas de pastor y aceite de trufa. Un plato de concurso, de lo mejor de la comida. Un mar y montaña de categoría. El cremoso de pan es algo sorprendente.
Bacalao con algas. Buen producto, bien tratado, con abundantes algas en dos presentaciones, escabechadas y fritas, y polvo de espirulina.
Steak tartar cortado a cuchillo, acompañado de unos puntos de causa limeña. Muy sabroso.
Stra citrus. Crema de yuzu (variedad de cítrico asiático), espuma de naranja, helado de yuzu y aceite, granizado de limón y hierbabuena y unos gajos de naranja al vivo. Estupendo. Sabroso, refrescante y con una acidez muy equilibrada.
Pera, regaliz y chocolate. Jogo de regaliz y chocolate, botones de pero y helado de regaliz. Impresionante, el sabor a regaliz claro e intenso.
Es este un restaurante a tener muy en cuenta, hace años que mantiene un nivel muy alto. Está calificado como Bib gourmand por la Guia Michelin, eso significa que es un candidato a estrella a poco que entre en los parámetros que los inspectores de la guía roja tienen como requisitos indispensables. Para mi sería una pena que abandonara su status actual, me gusta más que muchos estrellas Michelin.