Una cocina de verdad
Esto no es la entrada de una taberna gala de los tiempos de Astérix y Obélix, pero tampoco lo es del restaurante Karak. Al restaurante se accede por la entrada principal del hotel One Shot Mercat 09 que está situada a la derecha, tal y como está indicado en el disco de madera que hay en el lateral del marco con el dibujo del ciervo.
Al restaurante se accede por una puerta que hay al lado de la recepción del hotel. Es un comedor con una cantidad moderada de mesas, bien vestidas y equipadas con gusto y calidad. Con buena iluminación y sensación de confort. En el restaurante gastronómico solamente se puede comer un único menú.
Hay un espacio más informal, separado por una pequeña escalera de la sala principal, en el que está la barra, donde se puede comer a la carta en mesas largas para compartir. Con la cocina a la vista y a Rakel preparando los platos que se van a servir.
Esta es la carta de la barra, en ella se aprecia perfectamente la inspiración multicultural de la cocina de Rakel.
El menú del otoño 2017 se compone de 13 pases más una copa de champagne de bienvenida, por 55 euros.
El champagne del menú es el Taittinger brut reserva.
Una copa que resulta suave y ligera, pero muy apetecible antes de empezar la comida.
El servicio del pan en la hostelería cada día más importante y mejor presentado. Aquí tenemos un pan blanco de trigo, un pan de cereales y un pan plano, en este caso es el denominado pide, es un pan turco parecido al pan de pita.
Cereza clásica del menú o falsa cereza. Cobertura con sabor a cereza, rellena de queso stilton, sobre una base de pistacho con su tierra. Buena y nítida combinación de todos sus ingredientes entre los que destaca el queso, como es natural.
Zamburiña gallega en Pira con dos leches. El molusco asado con su tinta y en el fondo leche de coco y choclo picante o maíz picante. Muy bueno, sabores que se perciben plenamente.
Croqueta de pollo con curry y espuma de queso de servilleta con caviar de jengibre, en el centro la salsa india tandoori. La croqueta está espectacular, el pollo al curry es evidente en el paladar.
Ravioli de gambón fresco en caldo dashi vegetal, con cebolletas y huevas de salmón. Estaba muy bueno, pero el caldo salió frío, lo que deslució el plato.
Ensalada valenciana estilo Karak. Lo que a priori es un plato sencillo Rakel lo convierte en un estallido de colores y sabores. Sobre un jugo de remolacha y jugo de zanahoria, cebolleta cocinada a baja temperatura y pasada por la llama, rellena de espuma de sardina ahumada y caviar de alga negra, acompañada de tacos de sardina ahumada, tomate cherry y fruta de temporada, granada, fresa y uva.
Coca casera de cristal, paté de morcilla, cebollitas glaseadas con martini, brotes y legumbres. Este es uno de los platos que mejor recuerdo, a pesar de ser solamente un pequeño bocado, ha quedado grabado en mi memoria.
En la base arroz de sushi con una salsa de yema y guindilla, atún troceado y encima wan ton frito. Este plato también me gustó mucho, picaba un poco y la variedad de texturas lo hacen muy divertido. Es como una deconstrucción y fusión de platos orientales.
Ostra en tempura, con salsa de Jerez, mayonesa de limón y ralladura de lima. Espectacular la ostra, en el menú dice que este plato lleva cerdo, cuando pregunté me dijeron que estaba en la tempura. Yo soy de los de ostra cruda, pero ante esta me rindo y me reconvierto.
Salmón negro, cocinado en wok a alta temperatura, en la base salsa coreana kimchi y encima filamentos de chile. Igo togarashi o como mejor se conoce, guindilla o chile rallado en pequeños filamentos. No es una guindilla muy picante, se suele utilizar como decoración.
Llegado a este punto ya no sé dónde acabará este menú, pues cada plato me sigue sorprendiendo tanto o más que el anterior. El black salmón está exquisito.
La roca de musgo de cordero, mango y curry es una pastela de cordero cocinada a baja temperatura, en la base tiene un tartar de mango y una mayonesa de curry y caldo de pelota. Simula el musgo alga espirulina, azúcar glass, canela, té matcha y espinaca en polvo. Un plato original y sabroso, pero que no sorprende tanto como los anteriores.
Bombón de chocolate con crema de calabaza y sal de limón. Un bombón exquisito.
Texturas de chocolate con crema de avellana y bizcocho de naranja. Muy buen postre. Chocolate y naranja siempre van bien.
Este postres está impresionante, conjunto de sabores con magia. Una bola de queso con chocolate blanco y un velo de violetas por encima, frutas de temporada y en la base arena de cacao.
El último postre fue buñuelo de manzana, en la base un cremoso de lemon pure y una espuma de flor de azahar. No hay foto por despiste.
El vino escogido fue este albariño Castel de Bouza 2016, Bodega Bouza do Rei de la DO Rías Baixas. Es afrutado y muy aromático, con una entrada ligera y fresca. Excelente para casi toda la comida.
Para el cordero tomamos una copa de tinto Avan, de la DO Ribera del Duero.
Rakel Cernichalo está en plena forma, su creatividad está en efervescencia, pero lo mejor es que lo que ofrece son platos con una virtud, son de cocina auténtica, lo que te llevas a la boca te dice cosas, sabe a lo que tiene que saber y no hay circunloquios, va directa al paladar ¡Por muchos años Rakel!