Horario continuado para tapear a cualquier hora
La Bernarda está ubicada dentro del Mercado de Tapinería, un espacio donde hay tres locales para actividades efímeras (ocio, moda, cultura) y dos gastronómicos. Está situado en el centro histórico, entre la Catedral, la plaza redonda y el Mercado Central. Tiene una terraza dentro de una de las plazas interiores y mesas largas en el interior del local para almuerzos prolongados o lo que se tercie, ya que tiene un horario muy amplio, de 9 de la mañana a 5 de la tarde y de jueves a domingo hasta la medianoche.
Su oferta, como corresponde a su horario, es muy amplia, desde desayunos a cenas, pasando por los "esmorzars" valencianos, con sus imprescindibles aceitunas y cacahuetes, y las comidas, con paella todos los días y otro arroz diferente que cambia diariamente. Los almuerzo en tres tamaños, van desde el cuarto de barra hasta la barra entera. En su carta hay una buena propuesta de tapas típicas: croquetas de bacalao, ensaladilla de la casa, mojama, bravas, esgarraet con capellán, calamar a la plancha, etc...
También se puede recurrir a unas conservas marineras, a escoger del buen repertorio de latas selectas que figuran expuestas, en una de las paredes del local.
La carta de vermuts es bastante amplia, para lo que nos tienen acostumbrados en otros locales, con una buena apuesta por los de origen valenciano. El que yo probé era el "4 xavos", bastante agradable de tomar y con buen aroma. Lástima que en cuanto a cervezas el repertorio es escaso, solamente de la casa Amstel.
Las patatas bravas, bien especiadas y algo picantes, cocinadas con piel, con lo que adquieren mejor sabor, y con un buen alioli. Gustosas y ricas.
Un imprescindible entre las tapas valencianas, las albóndigas de bacalao. Bien elaboradas, buena fritura y muy cremosas en el interior. Después de la potencia de las bravas estas resultaron un poco suaves, eche a faltar algo más de presencia del pescado.
En muy interesante contar con un lugar como éste, en el que con un horario tan amplio e ininterrumpido, se nos permite tomar unas tapas cuando más nos apetezca. Con el añadido de la apuesta por las tradiciones valencianas en torno a la mesa y el tan arraigado "esmorzar" valenciano.