El paraíso de los queseros
En pleno centro de la ciudad de Valencia está este bar de quesos, con una abundante oferta y una atractiva fórmula para disfrutar de este manjar. En la foto se aprecia la cava de los quesos curados, mantenidos a una temperatura de entre 12 y 14 grados y un 80% de humedad. Se pueden escoger para degustar allí mismo o para llevar a casa.
También hay, en la misma barra donde se preparan los pedidos, una nevera en la que se conservan los quesos que requieren una temperatura más baja. El tratamiento del producto es muy correcto, atendido por personal con buena formación y conocimientos. El problema es para el cliente que tiene que reducir sus ansias y pedir sólo aquello que sea capaz de comer.
Hay tablas temáticas preparadas para facilitar la degustación de distintas variedades de queso, según zona geográfica, tipo de leche, textura, etc. Podemos encontrar ésta de quesos franceses, o una de quesos valencianos, europeos, de leche de cabra, azules, o incluso una especial de los quesos más premiados.
Esta es la tabla "La France" para dos personas. Contiene el Mimolette, abajo a la derecha, leche de vaca, de los altos de Francia, de pasta dura, prensado, corteza natural cepillada, el color es debido a un colorante natural (achiote) que se le añade durante la elaboración. Saint Felicien, centro abajo, Ródano Alpes Franceses, de leche de vaca, pasta blanda, sin prensar, con la corteza tierna. Brie, abajo a la izquierda, elaborado con leche de vaca en Isla de Francia, de pasta blanda y corteza vellosa. Morbier, arriba a la izquierda, de la zona de Borgoña, leche de vaca, semi-duro, prensado, corteza natural cepillada y su característica capa de ceniza en el centro. Abondance, primo y vecino del Comté, arriba al centro, leche de vaca, de la región de Saboya-Auvernia, de pasta dura, prensada, corteza cepillada, semi-cocida y el Fourme d'Ambert, arriba a la derecha, de la zona de Auvernia-Ródano-Alpes, elaborado con leche de vaca de pasta blanda, azul, algo prensado y corteza natural. Una delicia.
La tabla de quesos elegida hubiera admitido bastantes posibilidades en el maridaje, pero tiramos para casa y elegimos este oloroso que fue todo un acierto. Un vino generoso que se ha mantenido durante quince años en botas de roble americano, en contacto con el aire (crianza oxidativa) para darle ese carácter. Es un vino de color caoba claro, bastante aromático, con cuerpo y ligeramente abocado.
Ya sabéis lo que se dice, con queso y vino...
Pero el que prefiera centrarse en uno o dos quesos, en lugar de tener que elegir una tabla y tomar alguno que no le apetezca mucho, puede optar por cualquiera de los quesos que hay en la carta, que son muchos, como esta mini torta del Casar, en su punto óptimo de degustación.
Otra buena opción sería este Saint Felicien, que es un queso de temporada, no lo hay durante todo el año, y hay que aprovechar la ocasión. Las posibilidades son muchísimas.
En cuanto a los vinos, las referencias son muy variadas, generosos, espumosos o tranquilos, hay para todos los gustos.
Daros una vuelta por este establecimiento especializado y seguro que disfrutáis. Está abierto desde las once de la mañana hasta la medianoche, de lunes a sábado.