Si te gusta la cocina tradicional y concretamente la manchega, este local es ideal. Lo visitamos en una escapada que hicimos a Albacete y es muy recomendable. Por su decoración, por su cocina y por su horno de leña.
Empezamos con unas entradas y después un plato principal para cada uno. En primer lugar esta ensalada de tomate y pimiento con ventresca de atún.
Después unos huevos rotos con jamón y patatas panaderas. Apetecen siempre.
La última entrada fueron estas mollejas de lechal con setas. Como puedes apreciar las raciones son generosas.
Estando en La Mancha el gazpacho es imprescindible. Este llevaba pollo de corral y caracoles. Y mucha sustancia.
La caldereta de lechal con patatas panaderas era una propuesta que llamaba la atención desde la carta. Y aquí está.
De postre tenían una magdalena con chocolate que era todo un reclamo. Sencillo pero resultón.
Para acompañar tomamos este Abadia San Quirce 2019 crianza, elaborado en la Ribera del Duero con la variedad propia de allí, la Tinta Fina. Ha pasado 12 meses en roble francés y americano y entre 18-24 meses en botella para afinar. Muestra una perfecta expresión y equilibrio de fruta y mineralidad. Se aprecian aromas de notas de frutas negras y toques especiados. En boca es amplio, estructurado, con un tanino redondo y un final persistente y equilibrado. Exquisito.
Acuérdate, si vas por Albacete toma nota de este sitio te gustará.