Ve y confía, saldrás complacido
Hay algunos lugares en los que me encuentro cómodo, y éste es uno de ellos, desde el primer día que lo visité. El ambiente, el personal, la propuesta culinaria y la selección de bebidas, todo cuenta, pero aquí hay algo más. Es la sensación de estar entre amigos, como estar en "su" casa, el trato hacia los clientes es magnífico, próximo, amable y respetuoso, y encima se come muy bien.
Además, también cuentan otros detalles, como el que sigan poniendo mantelería inmaculada en las mesas. Llamadme clásico, pero prefiero la amabilidad y calidez del algodón, al frío tacto del desnudo tablero de una mesa cubierta con un mínimo mantel individual.
En el aperitivo, pude disfrutar de este espléndido vermut, La Quintinye Vermouth Royal rojo, suave y complejo, muy aromático y elegante en la boca.
Empezamos con una cremosa burrata con aguacate, hierbabuena, piñones peninsulares (no chinos) y pan de jamón ibérico. Cuando la calidad de la materia prima es buena el resultado lo tiene que ser, como es este el caso.
A continuación unas fresquísimas quisquillas que disfrutamos muchísimo. Su punto justo de cocción era una de las razones de que estuviesen tan ricas.
El primer entrante caliente fueron estas croquetas de bogavante, de buen tamaño y sabrosas. Crujiente correcto y ausencia de grasa de la fritura.
Después de las de marisco, ahora unas croquetas diferentes, de conejo al ajillo concretamente. En su interior te encuentras un jugoso trozo de su carne. El exterior de las mismas características que las anteriores, crujiente y nada grasiento.
Siendo su temporada ¿quién se resiste a unas tiernas alcachofas? acompañadas de foie a la plancha y huevo frito. Pues nadie, aquí están.
Para finalizar un steak tartar bien aderezado, con una cata previa antes de darlo por concluido para saber si estaba a nuestro gusto, pedimos un poco más de picante. Es genial que puedas probarlo antes de que te lo sirvan para así ajustarlo a tu gusto, en la medida de lo posible. Yo en casa me lo preparo con menos mostaza y algo de cebolla muy picada, que le aporta frescura y un punto crujiente. Fantástico.
De postre unas golosas trufas de un cremoso y gustoso chocolate. Un bocado que seguro satisface a los chocolateros.
Acompañamos la comida con este excelente blanco de la Bodega Pazo Casanova, de la DO Ribeiro. Elaborado con las variedades 90% Treixadura, 5% Albariño, 3% Godello, 2% Loureiro. Es un vino fresco, con una suave acidez cítrica que le aporta frescura y frutosidad. Es un vino equilibrado, con seis meses sobre lías que le aportan cuerpo y consistencia. Me gustó mucho.
Una nueva grata experiencia de la mano de Luis Gómez, que siempre sabe aconsejar para complacer el paladar de sus clientes, solo hay que hacerle un poco de caso y aciertas seguro.
Fotografías: © Paco Palanca / Instagram: @ojoalplato.blog / Facebook: @ojoalplato /Twitter: @ojoalplato /Twitter: @pacopalanca