Cocina auténtica y sabrosa
La carta de La Vinya es atractiva, tiene propuestas que gustan a todo el mundo, con un toque innovador en cada plato que lo convierte en algo original y atractivo. Como el secreto con chimichurri, la bechamel de ajo negro, el pollo con crema de cacahuetes o la ternera con boniato y quicos. Entre los pescados encontramos calamares con mayonesa de ostras o canelones de rape con setas y gambas, entre otras propuestas. Muy apetecible todo.
Fuera de la carta había alguna sugerencia más como estos boquerones preparados por ellos mismos con notas cítricas. Exquisitos.
También, para compartir al centro de la mesa, pedimos estas empanadillas (gyozas) rellenas de longaniza y morcilla caseras (blanc i negre). Estaban muy conseguidas, una masa oriental con relleno típico de aquí, buena fusión. Una gyoza ya sabemos lo que es, está en casi todas las cartas de los restaurantes (Gastrificación), pero había que probarla en versión ibérica.
Los huevos fritos con patatas, setas, jamón de pato y foie son una tentación difícil de resistir. Y como no veníamos dispuestos a hacer ningún sacrificio pues los pedimos. Un acierto, están siempre buenos y si además van bien acompañados mejor todavía.
En el turno de los platos principales elegimos los siguientes. El rollito de cabritillo lechal con un toque de queso de cabra del Maestrat. Solo escribiendo el nombre del plato ya dan ganas de comérselo.
¿Quién diría que esos enormes tacos de carne que hay en la imagen son de panceta? ¡Pues sí! Cocinada a baja temperatura en su jugo y acompañada de un huevo poché. Estaba muy tierna y sabrosa. Espectacular.
Otro de los magníficos de la carta era este secreto de cerdo ibérico, con un toque preciso de chimichurri. Ésta es una de las recetas de salsas más tradicionales de la gastronomía argentina, lleva básicamente hierbas aromáticas, ají o pimentón picante, ajo, vinagre y aceite. Va muy bien con los asados y con esta magnífica carne también.
Este lingote de cochinillo lechal asado a 65 º creo que necesitaba un golpe de horno para que estuviese crujiente, pero al cocinarse a baja temperatura... Bien de sabor, pero flojo de texturas.
El primero de los postres fue un flan de almendra típico de la zona. Riquísimo. Y eso que no soy nada goloso.
La torrija de La Vinya está bañada en horchata y acompañada de espuma de crema catalana. La torrija y la horchata se están convirtiendo en un clásico. La espuma de crema catalana un puntazo. Genial
Empezamos la comida con este blanco de la zona, elaborado por la Bodega Mayo García adscrita a la Indicación Geográfica Protegida Castelló. Elaborado con las variedades Chardonnay, Macabeo y Moscatel. Destaca el aroma de la moscatel y también flores blancas y manzana verde. Un vino interesante para los que aprecian el aroma de las uvas dulces, aunque el vino es muy seco.
Lo primero que me llamó la atención del vino tinto fue la preciosidad de etiqueta que lleva. Por lo demás, al probarlo me pareció algo desequilibrado, mucha potencia de la Cabernet Sauvignon sobre la Tempranillo, con predominio del aroma a pimiento verde y balsámicos. Con la aireación y el desarrollo de la comida fue mejorando. Habrá que darle otra oportunidad.
Si vas a Vilafamés procura comer en este restaurante, pero haz la reserva con antelación ya que se llena con mucha facilidad y vale la pena probarlo.