Segundo día para explorar la carta más a fondo
Cuando conoces un nuevo restaurante y pruebas el máximo de elaboraciones que el cuerpo te permite en el primer día, si te ha gustado, tienes que volver, porque te acuerdas de todo lo que se te quedó por probar. Y eso ha pasado, esto es una continuación de la reseña del pasado día 6 de septiembre, son dos comidas diferentes, pero juntas pretenden ser un recorrido por lo más destacable de la carta, según mi criterio hasta ahora. Sin embargo todavía han quedado algunas tentaciones pendientes. Habrá que volver :)
También puedes probar un interesante menú del día, entre semana, compuesto de tres entrantes, un plato principal a elegir y postre o café, por 19 euros.
La coca de dacsa es un imprescindible, la tomé el primer día y hoy también. Es una producción tradicional de la zona y hay que aprovechar las ocasiones. Ésta es la clásica, a base de atún y huevo duro, con el toque original del tomate seco y la cebolla encurtida, pero se pueden acompañar de casi cualquier cosa. Son muy versátiles.
Los rollitos de caballa con praliné salado de pistachos y alcaparras. Intachable, tanto en la presentación como en el conjunto de sabores y texturas. Se nota el trabajo conceptual para presentar un producto habitual de una manera más cuidada y atractiva. Objetivo conseguido.
La foto tiene su dificultad, el plato es de cristal transparente y la mesa tiene casi el mismo color que el contenido.
Este plato me llamó mucho la atención el primer día y me quedé con las ganas, hoy lo he probado. Paletillas de conejo confitadas con escabeche 'suave' de tomillo. Las he disfrutado. No es muy habitual encontrar platos de conejo en las cartas y resulta que es una de las carnes más saludables. Me encanta la apuesta de Sole.
Pulpo con crema de mango, brunoise de mango, coco y un toque picante. Tiernísimo, casi cremoso, y sabroso. El contraste de sabores muy adecuado. El mango cortado en trozos tamaño brunoise sorprende, ya que aparenta un trampantojo de maíz. Pero el picante no llegué a apreciarlo.
Presa de cerdo ibérico con romero y pastel de patata. Estupenda carne, tierna y muy gustosa, además original la presentación de la patata que la acompañaba. Un goce para carnívoros como yo. Tal vez la dosificación del romero se debería ajustar un poco.
De la carta de vinos ya expresé mi opinión en el anterior comentario y a ella te remito si te interesa. Lo que sí quiero mencionar es que las copas, sin ser excepcionales, tienen una calidad muy por encima de la media de lo que me vengo encontrando últimamente. Un detalle muy importante para que el disfrute del vino mejore gracias a este elemento imprescindible. Un aplauso para ellos.
De postre es imprescindible pedir la tarta de queso "La Viña" con salsa de maracuyá. Tostada por fuera, suave y muy cremosa por dentro, prescindiendo de la base de galleta y mantequilla típica. Inspirada en la famosa receta del Restaurante La Viña, en el casco antiguo de San Sebastián. Realmente está exquisita.
Bueno, ahora ya me quedan menos cosas que probar de este magnífico restaurante, donde se nota que hay un trabajo de reflexión y planificación seria ante cada plato. Como dijo Pedro Sánchez, del restaurante Bagá de Jaén "El valor más importante que tiene una cocina es el pensamiento, lo que más trabajo cuesta".
Me gustó, en la conversación que mantuvimos con Sole, después de comer, cuando hicimos referencia a su anterior restaurante "Casa Pepa", que dijo, "Ahora toca divertirse".
Hasta la próxima, que espero que no sea muy tarde.