
En nuestra reciente visita a Alcalá de Henares este era uno de mis objetivos, un restaurante que me suscitaba interés y de verdad que no me defraudó, al contrario, salí de allí gratamente sorprendido. Su corazón y cerebro es el dueño Marcos Juárez, un joven emprendedor que está al frente de la sala y que según se desprende de su conversación está "muy viajado" lo que le ha permitido imbuirse de una buena ciencia gastronómica que ahora se plasma en su carta, estructurada en raciones, también medias raciones, que es la opción ideal para llegar a más platos, pinchos y platos principales. Además hay un menú gastronómico bastante largo, con el que se da un completo recorrido a su oferta. Con la ayuda de Marcos esto es lo que nosotros tomamos.

A modo de aperitivo te sirven esta mantequilla ahumada elaborada íntegramente en el restaurante. Sale ligera y suave, muy apetecible, no se hace nada pesada, lo que se agradece.

Pocas veces me da por pedir una ensaladilla fuera de casa, solamente cuando intuyo que va a valer la pena, como ha sido en esta ocasión, ya que presentarla con jalapeño encurtido me pareció motivo suficiente para probarla. Pero al final lo del jalapeño no fue lo mejor, estaba muy bien hecha, con buenos ingredientes, un acierto la elección. El punto del picante me encantó.

A este plato Marcos lo definió jocosamente como una tapa de estadio deportivo, cheese fries la zarza, patatas con bacon y queso. Es una creación suya que mejora bastante el concepto de las conocidas patatas con queso de la famosa franquicia. La utilización de ingredientes de calidad y algún toque personal convierte a este plato en algo bastante más interesante y comestible. Notable.

Esta es una de las tapas que figuran en la carta desde la apertura del restaurante, a veces los clientes también mandan y a base de pedir insistentemente un plato el restaurador no puede eliminarlo y debe mantenerlo ante la buena acogida que tiene. Este es el caso del mollete de atún rojo con pimiento frito y huevo de codorniz. Tiene todo lo necesario para triunfar. Sencillo pero muy bien concebido.

Otro de los clásicos que se resiste a desaparecer, el montadito de papada de bellota y guacamole. Crujiente y cremoso. Una delicia que hay que saber imaginar para llevarla a la práctica y que triunfe.

Este fue un capricho mío, algo que nunca me he atrevido a pedir en un restaurante, por razones que supongo que te resultan obvias, pero aquí la confianza que me inspiraba el lugar dió pie a que pidiera estas "Alitas y nuestra BBQ homenaje a Juanito", así es como figuraban en la carta. Este era el lugar adecuado para probarlas.

Un bocado de fusión imaginativa, el niguiri de huevo frito con trufa. Simple y resultón. Hay más opciones de nigiris en la carta, anímate a probarlas todas.

Para llegar al postre hubo que hacer un auténtico esfuerzo, ya que a pesar de pedir medias raciones las cantidades te llenan rápidamente. Pero valió la pena probar este pastel fluido de chocolate al 75% de cacao. Cremoso y adictivo.

A la vista del nivel creativo de la carta teníamos mucho interés en probar alguno de sus cócteles y nos decidimos por este explosivo margarita, con tequila, cointreau, fruta de la pasión y lima. Espectacular, tanto en su realización, que se efectúa a la vista del comensal y resulta todo un juego malabar, como en su degustación. Sobresaliente.

La carta de vinos es muy interesante, todo lo que hay en ella apetece, pero nos decantamos únicamente por este Camins del Priorat 2023 de Álvaro Palacios. Es su priorato básico, muy lejos del afamado L'Ermita, pero con mucha aceptación. Frutal, fresco y amable, es el resultado de ensamblar las uvas locales Garnacha y Cariñena y las internacionales Syrah, Cabernet Sauvignon y Merlot. En la copa destacan sus aromas de fruta madura. Junto a ellos, unas notas florales, especialmente rosas. En boca se muestra amable, de textura aterciopelada y con mucha frutosidad. Un vino equilibrado, con buen cuerpo, longitud y unos taninos opulentos pero sedosos. Maravilloso.
El día que vuelva a Alcalá de Henares, es una ciudad preciosa, comeré de nuevo en La Zarza.