Exuberancia es la palabra que lo definiría. Tanto en la carta de platos como en la de vinos, las vitrinas y los estantes también están repletos de productos. Aquí se viene a disfrutar, es un lugar imprescindible para gozar de tapas o incluso de una comida más sustanciosa debido a la excelente calidad de sus productos. Estos se presentan de una manera sencilla y tradicional, ya sea en la barra o en el pequeño comedor, que tiene un ambiente más formal. Para comenzar, te recomiendo probar los magníficos productos ibéricos de bellota, como el jamón, la coppa Joselito o el lomo de caña, los cuales son de los mejores que habrás probado. Aunque el lugar es pequeño, ruidoso y lleno de gente, vale la pena soportar esos pequeños inconvenientes debido a su excelente materia prima y las generosas porciones. El servicio es rápido y profesional, siempre muy atento a los clientes sin agobiar.
Esta fue nuestra selección de platos para este día. Empezamos con unos chicharrones ibéricos fritos. Como sabes este nombre se emplea para describir platos distintos, pero relacionados con el cerdo. Según la RAE el término tiene diez acepciones distintas. En Málaga la más cercana sería la de "Fiambre formado por trozos de carne de distintas partes del cerdo, prensado en moldes". Por su aspecto, sabor y textura pienso que es lo que más se aproxima a lo que nos sirvieron. Fuera lo que fuese estaban muy buenos.
Seguimos con media ración de Coppa ibérica Joselito. Es el cabecero del lomo del cerdo curado y sazonado con sal, pimentón, pimienta y ajo. A diferencia de la caña de lomo clásica, aquí comparten protagonismo la grasa y el músculo, lo que le da una jugosidad y un sabor exquisito, gracias a su grasa fundente, por eso se ha de tomar atemperado y no recién sacado de la nevera. Es un deleite comer este embutido.
Después llegó esta carne mechada al estilo andaluz, en este caso no es la que lleva infiltradas tiras de tocino o tortilla o cualquier otro ingrediente susceptible de mechar, es la que se sirve como tapa en los bares y restaurantes de Andalucía. Se hace con carne de cerdo guisada con cebolla, ajo y vino, dejándola enfriar y se puede consumir durante varios días posteriores. La salsa también está exquisita.
Acabamos con una maravilla de carne, Presa Ibérica 5J a la plancha, gustosa, tierna y jugosa. Esta carne está veteada de grasa lo que le confiere una textura particular, es especialmente untuosa, se funde en la boca e intensifica el sabor de la carne. Es una de las piezas del cerdo más apreciadas gastronómicamente.
La carta de vinos está desequilibrada, hay pocos blancos, lo que se justifica por el tipo de producto que se ofrece, pero además en cuanto a tintos se centra casi exclusivamente en Ribera del Duero y Rioja. No obstante hay cosas muy interesantes y con unos precios bastante ajustados.
Para acompañar a tan magníficos platos había que escoger un vino que estuviese a su nivel y nos inclinamos por este Pago de Carraovejas 2020, de la DO Ribera del Duero, elaborado con las variedades Tinto fino (92%), Cabernet sauvignon (5%) y Merlot (3%). Permaneció 12 meses en barricas y otros 12 meses en botella antes de salir al mercado. Es un vino intenso y complejo que en nariz ofrece aromas que recuerdan a los frutos rojos y negros maduros, acompañados por matices balsámicos, con una sutil nota ahumada. Su paso por boca es sedoso. Un vino tinto de suaves taninos, redondo y bien estructurado. Una delicia.
La estancia en el Mesón Ibérico fue una grata experiencia que recordaré mucho tiempo. No solo por la calidad de lo que comimos y bebimos, también por la atención del personal, aunque es un lugar que está siempre a rebosar de clientes y las aglomeraciones no me gustan mucho. Pero vale la pena.