Una receta sencilla para el verano
Es tan fácil y rápida que siempre sale bien. Se necesita un pepino mediano, no de los holandeses, con la piel lo más fina posible, ya que lo vamos a poner entero, sin pelar. Se corta a rodajas muy finas.
Cuando ya lo tenemos cortado a rodajas finas éstas las cortamos a tiras, también finas. Cuanto más finas resulta más agradable de comer, pero sin que se rompan. Y no cuesta tanto de cortar ya que amontonando varias de ellas cada vez se consigue ir muy rápido.
También necesitaremos un ajo picado finamente.
Un poco de aceite de oliva virgen extra. Es importante que sea bueno ya que lo vamos a tomar crudo y en una cantidad muy pequeña, 25 ml, dos cucharadas soperas y media. La calidad de los ingredientes mejora cualquier receta.
Unas pizcas de hierbas aromáticas y pimienta. En este caso tomillo y orégano. Valdría albahaca o cualquier otra de vuestra preferencia, pero que vaya en esta línea. Si fuesen frescas sería mejor, pero estas secas dan buen resultado.
Un poco de sal, al gusto de cada uno, pero sin pasarse.
Y lógicamente un par de yogures griegos. Es mejor que sean griegos por que tiene más cremosidad y este plato lo agradece. Se junta todo en un bol y se mezcla con cuidado, para no romper las tiras de pepino y así evitar que suelten mucha agua.
El limón está totalmente desaconsejado, ya que, además de incrementar excesivamente la acidez de la salsa, puede provocar que el yogur se corte y tengamos que tirar el plato a la basura.
Una vez todo bien mezclado ha de quedar con una consistencia media, que incluso se pueda comer con tenedor. Esto dependerá de la proporción de pepino y yogur, pero con las cantidades que os he indicado sale bien.
Lo dejáis unas horas en la nevera para comerlo fresco. Seguro que os gusta.