La fusión de dos equipos que me encantan
Nunca he sido aficionado a las cenas elaboradas conjuntamente por varios cocineros que son titulares de distintos restaurantes, las denominadas cena/comida a cuatro manos, seis manos, etc. Es como si un cuadro lo pintasen dos o más autores, las pinceladas se diferenciarían seguro, pues algo similar me parece que sucede con los platos elaborados en equipo por dos grandes cocineros. Tal vez las aportaciones de uno y otro puedan dar como resultado algo único o excepcional, pero no me ha seducido nunca. Y nunca había asistido a experiencias de este tipo. Hasta que, dos de los que actualmente me tienen enganchado, se han puesto de acuerdo para elaborar un menú en el que cada uno de los platos está diseñado entre los dos, junto con sus equipos respectivos, claro está.
Tengo que reconocer que la experiencia fue bastante satisfactoria, pero no me acabó de convencer del todo, sigo con mi "manía", los prefiero a ambos por separado, con diferencia. El menú fue sorprendente y divertido, pero con algunos altibajos, para mi gusto, que no los he percibido nunca en sus trabajos por separado. Creo que a los dos les va bien sin necesidad de recurrir a estos experimentos.
Baca-bits y tartaleta de verdura escalivada y salazón de bonito.
Bagel de conejo al ajillo y chalaquita
+ Causa navajera
+ Ceviche de calabaza nixtamalizada
+ Infladita de bacalao al pibil
+ Pulpo-roll anticuchero
+ Nuggets de manitas de cerdo, manzana y anguila ahumada
+ Raya y chips
+ Mole de vaca
+ Soda de mandarina
+ Tacos de chocolate picante
+ Magnum de feria