Un joven cocinero que sabe lo que hace
En pleno barrio del Carmen de Valencia está ubicado este pequeño restaurante con un joven y prometedor cocinero en los fogones. La carta está confeccionada fundamentalmente por platos reinterpretados con talento por Victor Soriano, que a pesar de su juventud ya se ha codeado con grandes profesionales de la restauración. También se ofrece la posibilidad de disfrutar de dos o tres menús, que van variando según la temporada y menús especiales en fechas señaladas. El que se describe en ésta reseña es de los días previos a la navidad. El local seguro que no es el definitivo, pero le servirá para darse a conocer en la ciudad.
La carta de vinos es corta, pero escogida con sentido común. Hay vinos de Valencia, Utiel-Requena, Finca Terrerazo, Rioja, Ribera del Duero, Rías Baixas y Rueda. Además de un par de cavas. Los precios invitan a consumir vino.
Tienen esta pequeña carta de cervezas, lo cual permite elegir al gusto, no como en muchos locales que solamente tienen una y la tomas o la dejas.
Éste menú de las fechas previas a la navidad empezaba con este buñuelo de bacalao, con pil pil de la piel y sus espinas, crema de alga codium y all i oli. Estaba realmente exquisito.
Tiradito de dorada con pil pil de jengibre, vinagreta de soja y menta, con alga codium. Un plato reinterpretado por Victor con acierto.
Lienzo de bravas. Patatas cocidas y terminadas al horno con sal. Un juego de texturas, colores y tres niveles de picante. Divertido y sabroso.
Un clásico pepito relleno de titaina del Cabanyal. Una fritura nada aceitosa y un relleno muy bueno.
Carpaccio de boletus con foie, parmesano, jugo de carne y emulsión de setas. Con buena materia prima salen cosas como ésta.
Canelón de puchero valenciano con bechamel y jugo de cebolla torrefactada. Una exquisitez este plato, contundente y muy apetecible.
Ganache de chocolate con praliné de avellana y helado de dulce de leche. Un buen final.
Me reafirmo de lo dicho al principio, una buena ocasión para disfrutar comiendo, gracias al buen hacer de Víctor Soriano, un cocinero con buen criterio y una intuición para hacer buenas las cosas sencillas, algo que se echaba en falta. Materia prima y buena técnica son más que suficientes para confeccionar unos buenos platos.
Muy recomendable hacerle una visita cuanto antes.