V JORNADAS DE CUCHARA Y CAZA

Como viene siendo habitual por estas fechas Chemo Rausell (cocina) y Anselmo Rausell (sala) nos han ofrecido unas jornadas de caza, donde muestran que una carne poco estimada en Valencia, puede dar muchas satisfacciones, a diferencia de lo que que piensan muchos que es este tipo de producto, como algo duro y fuerte, difícil de comer. Centrado en la caza menor han elaborado un menú con distintas piezas, como perdiz, conejo de monte, paloma, pato azulón, liebre y algo más seguro que cae, todo lo cual ha resultado ser, gracias al buen hacer de Chemo, de una suavidad y elegancia notorias.

Empezamos con mucho nivel, no por complejidad en el plato si no por el exquisito sabor de sus elaboraciones, una mousse de perdiz guisada con sardina marinada.

Terrina de conejo, guisantes lágrima y menta. Aquí pinchamos, no porque no estuviese bueno, al contrario, es que la cantidad era exigua y nos supo a poco. Como verás el corte de la terrina ocupa el grosor de un pistacho.

Esto fue un infiltrado o un plus, la gamba no se caza, se pesca, creo. Cardos, almendra (ajo blanco) y gamba blanca

Sopa de paloma con yema y más cosas, en el fondo era un consomé enriquecido con otros ingredientes, setas y carnes, bienvenidas.

De la mano de la sopa llegó esta Pechuga de paloma sangrante, galet de pelota (pasta de caracola rellena) y tripa de bacalao. Un mar y montaña suculento.

Está claro que Chemo tiene buena mano para los guisos y lo demuestra con autoridad. Lentejas con pato azulón y su escabeche, repollo y alga nori.

Otra prueba de su maestría con las legumbres. Fabes con liebre. Mantecosas y gustosas.

Callos. De jovencito no me gustaban, ahora los adoro y estos estaban ricos de verdad.

Naranja de Gloria preparada, con crema de mango y maracuyá o fruta de la pasión, es difícil distinguirlas.

Acabamos con la Coca de la Tía Consuelín, que resultó ser muy melosa y dulce. Apoteosis goloso.