Si quieres darte un homenaje ¡Este es el sitio!
El espacio, el servicio, el producto, la técnica culinaria, todo es de diez. Como muestra no hay más que fijarse en la mesa y todos sus detalles. Manteles impolutos, hasta en las mesas auxiliares, cuando tantos otros restaurantes de renombre los están quitando, para reducir gastos seguramente, algunos alegan que es una moda; vajilla blanca, copas Riedel, vasos de agua de diseño y transparentes. Los vasos de color me alteran.
El servicio de sala y de bodega es responsabilidad de Eliecer García. Ha nacido para esto, te recibe y atiende como si fueras tú el único cliente del restaurante.
La cocina es competencia de Ramona Navalón, quien resuelve de forma maravillosa cada uno de los platos que salen a la mesa. Se nota que hay ciencia, autenticidad y cariño en cada una de sus elaboraciones.
Esto que sigue fue el contenido de nuestro autoregalo:
Pan de pueblo gustoso, con una corteza muy crujiente y rugosa, con una miga que es ideal para rebañar las salsas y paladear el aceite. Excelente.
Quisquilla hervida. Según nos cuentan comprada siempre de la misma barca y hervida en el día del servicio. Muy fresca y sabrosa.
Jamón Joselito. Que se puede decir del jamón calificado como el mejor del mundo. Pues que esta realmente muy bueno.
Ensalada de tomate con anchoa “Rafa López” de Santoña y burrata rellena de pesto. Mi primera burrata con este relleno.
Lomo de salmón “Gimar” con mantequilla de encurtidos, alficoz y crujiente de pistacho. Este plato sorprende y es espectacular. La calidad del salmón y la suave mantequilla. Resulta ligero, nada pesado y exquisito.
Caballa con salsa de cítricos. Un modesto pescado tratado con maestría y convertido en un plato de alta cocina.
Perol de "peloticas" de relleno. No se puede dejar pasar la ocasión de volver a las buenas raíces de la cocina almanseña.
Cuarto de lechazo asado. Y como no, seguimos con la cocina tradicional llevada a su máxima expresión, carne tiernísima y muy gustosa, gracias a la experta mano de Ramona, a la cual tuvimos el gusto de saludar al final de la comida.
Panacota de coco con coulis de mango, piña y pistacho. Este postre no hay que perdérselo.
Torrija caramelizada con helado de turrón. ¡Pruébala!
Para la primera parte del menú escogimos este clásico albariño atlántico "Mar de Frades" 2021, que nunca defrauda. Fresco, equilibrado, con buena acidez. Nótese el pequeño barco azul que "aparece" en la etiqueta sobre la "DE" cuando el vino está a buena temperatura, si está por encima de 11º es de color gris claro o imperceptible.
Para recibir a los platos más contundentes nos decantamos por esta garnacha de Campo de Borja. Es un vino sabroso y bien estructurado, redondo en boca y muy aromático, con un final sedoso y largo. Siempre lo encuentro bueno.
Para degustar este vino nos pusieron unas copas espectaculares, el modelo "Volcano", una copa fabricada con una técnica especial que hace al vidrio más resistente y "elástico". Fue impresionante ver como la copa cambiaba de forma con una ligera presión de los dedos en su cáliz. La caña es también muy fina, lo que le aporta una mayor elegancia todavía. El vino bebido en ella saca todo lo bueno de sí. Me enamoró.
Acabamos la comida con este magnífico champagne Emile Paris & Cie Réserve Personnelle. Un gran abanico de aromas con predominio de la bollería y levaduras. Burbuja fina y sabor delicado pero persistente. Una maravilla. Un broche perfecto para tan estupenda comida.
Ya estoy buscando fecha para hacer otra excursión hasta Almansa. Total es una hora de camino por autovía, ir y volver en el día está hecho.
Fotografías: © Paco Palanca / Instagram: @ojoalplato.blog / Facebook: @ojoalplato /Twitter: @ojoalplato /Twitter: @pacopalanca