La puesta en escena en la Taberna Ramona siempre es exquisita, no falta ningún detalle, mantelería de tela, cristalería de calidad y vajilla sencilla pero elegante y, sobre todo, sin un solo desconchado, algo que descuidan en muchos otros sitios. Las almendras, los torreznos y las aceitunas nunca faltan. Te preguntarás porqué hago más de cien kilómetros para ir a comer a Almansa y volver en el mismo día, pues es sencillo, porque vale la pena. El producto que ofrecen es de primera calidad, marisco de Santa Pola, jamones y fiambre de Joselito, ostras francesas, y sobre todo cocina tradicional con mucho sabor y autenticidad. Si no te basta con eso, no sé que más te puedo decir. En esta ocasión nos hemos centrado en platos de la culinaria Almanseña y algo de mar.
Empezamos con un plato de fritura variada con calamares a la romana, buñuelos de bacalao, croquetas y queso manchego frito. Como se puede apreciar la grasa de la fritura es mínima. Un principio muy placentero.
Las zamburiñas a la plancha están muy sabrosas. Se aprecia perfectamente que son zamburiñas y no volandeiras por la prominencia que tiene en un solo lado de la concha, las otras tienen un saliente a cada lado.
Empezamos con los platos de tierra adentro con estas alcachofas con jamón, huevo de codorniz y crema de alcachofa. Deliciosas. Nos quedamos con ganas de pedir más.
Seguimos con una inmersión completa en la culinaria almanseña, el perol de “peloticas” de relleno. En un caldo de cocido de diferentes huesos de carne se ponen a cocer unas pelotas (albóndigas) de diversas carnes picadas (lomo, papada, pechuga, jamón, etc), pan rallado y especias. El resultado es suculento y reconfortante.
Si quieres comer platos tradicionales no puedes dejar de probar los Gazpachos, con pollo, conejo y setas, a veces con algún trozo de ave de caza. Gazpachos se hacen en muchas comarcas del interior pero la torta que utilizan por aquí es tierna, del día, no es de esas que van trituradas en seco en un paquete. Esto es un plus.
Este postre de panna cotta de coco con coulis de mango, piña y pistacho es un clásico del restaurante, siempre triunfa.
Si no te va el coco siempre puedes pedir esta torrija con helado de turrón.
Tomamos este Louro que es un vino blanco fermentado en barrica con Denominación de Origen Valdeorras, producido por la bodega Rafael Palacios. Está elaborado a partir de uva Godello y un poco de Treixadura. Destaca por ser sin artificios, elegante y fresco. Al acercar la nariz a la copa, se despliegan aromas de manzana verde y pera. Es un excelente vino blanco que se disfruta sorbo a sorbo.
Como siempre una espléndida comida en Ramona, un viaje que se hace muy a gusto, sobre todo a la ida. La vuelta es más nostálgica y se pasa pronto con los comentarios que hacemos de cada plato.