En la coincidencia a veces está la verdad, cuando la opinión generalizada es que el producto que se disfruta en Rausell es de la máxima calidad pocas dudas pueden quedar al respecto. Comprobarlo es tan sencillo como acodarse en su barra, que es una de las más tentadoras de Valencia o sentarse en alguna de sus mesas y pedir con los ojos cerrados, el acierto está asegurado.
La elegancia del buen hacer de los hermanos Rausell se pone de manifiesto en cualquier detalle. Pedimos unas quisquillas y como se habían acabado nos las sustituyeron por estas gambas rojas. Nuestra sonrisa fue para foto.
Es una opinión generalizada que las Patatas Bravas de Rausell son las mejores de la ciudad. Yo no me atrevo a confirmarlo, que están buenas sí, sin duda, pero recientemente he probado algunas que estaban también muy ricas. Las dejamos en el podium.
Un Pulpo a la Gallega de manual, tierno y sápido. Lástima que las patatas no estaban bastante cocidas. Pero con dejarlas en el plato todo solucionado. El pulpo espectacular.
No sé que me pasa con estos sepionets que me están siempre buenísimos. Son pura ternura y sabor. Hay que pedirlos siempre que estén en la carta.
Seguimos con producto principalmente, ya hemos dicho que aquí nunca falla. A esta Molleja de Ternera a la plancho no había que pedirle nada más. Comimos sin hablar, solo se oía ¡Huuuuum!
Aunque podíamos haber continuado con la tendencia del principio, a base de tapas básicamente, no s apeteció probar uno de los guisos de pescado y optamos por esta Cazuela de Rodaballo al horno. Sabor, sabor, sabor,...
Para postres elegimos esta Tarta Banda de Chocolate. El chocolate es uno de mis postres preferidos y le doy prioridad.
Otro de los que tienen mucho éxito es este hojaldre de crema. Muy buen postre, las hojas eran una exquisitez, buena crema casera.
Para beber escogimos este Godello, lo he tomado con frecuencia últimamente y me está gustando mucho. Es una elaboración de Bodega A Coroa, una de las más antiguas de España (siglo XVIII). En nariz se aprecia una gran franqueza de aromas y notable intensidad. Sutilmente las notas especiadas se funden con aromas de hierbas blancas silvestres. Afloran notas de cítricos. En boca denota ser un vino fresco, con acidez menos marcada y ganando suavidad y untuosidad. Es un vino largo, con un ligero amargor, propio de los grandes godellos. Un vino que convence y mucho.
Si tienes ocasión, aunque no te quedes en el comedor, prueba el producto de Rausell, aunque sea en la barra, lo disfrutarás.