Una trayectoria rectilínea
Viniendo por la Nacional 330 desde Requena al entrar en el pueblo, si vienes desde Almansa al salir, te encuentras con este atemporal restaurante, el cual después de 45 años funcionando sigue dando plena satisfacción a sus comensales. La carta es de corte clásico, mantiene la esencia de los platos de toda la vida, con variaciones en función de la temporada, pero sin grandes cambios. Hay bastante donde elegir, pero dentro de la línea trazada por la raigambre culinaria de la zona o de los platos del recetario tradicional. Atención a las jornadas de caza o de setas, cuando es temporada. También se puede disfrutar de buenos platos de pescado.
Iniciamos la comida con un exquisito montadito de queso a la plancha con aceite del Valle de Ayora.
Una refrescante y sabrosa ensalada de langostinos encebollados al romero con vinagre de Módena.
Unas crujientes y gustosas croquetas de chipirón en su tinta, para seguir haciendo boca.
Les siguieron las croquetas de gamba al ajillo y las tradicionales de jamón.
Los imprescindibles pimientos del piquillo rellenos de secreto ibérico con jamón de recebo, horneados con una salsa de nata y bechamel, no te los puedes perder.
Hasta aquí las entradas que fueron compartidas.
Empezamos con los platos principales que nos sirvieron de forma individual. Como estas suculentas pechugas de pollo a la florentina.
Una buena prueba de la calidad y buen trato que dan a los pescados es este lomo de bacalao con puré de aceite de trufa y verduras.
Hablando de platos tradicionales no nos podemos olvidar de la paletilla de cabrito al horno con patatas a lo pobre. Tierna, tierna y apetitosa.
A las carnes rojas les saben dar ese punto exacto que requieren, como este entrecote de buey a la plancha.
No podía faltar el rey de las carnes, el solomillo de ternera al foie. Para relamerse.
La tarta de naranja al queso con sorbete de mandarina. Este postre lo probé aquí por primera vez en el año 2009, sigue en la carta, por algo será.
La mousse de chocolate para los adictos es irrenunciable.
Helado de queso curado con coulis de frutos rojos. ¡Qué te parece!
Crep relleno de nata con chocolate caliente, un clásico.
Con los vinos nos dejamos aconsejar y empezamos con este de la casa, de la DO Rueda, monovarietal de verdejo. Que resultó un vino fresco, con una acidez bien marcada y amable.
De segundo nos decantamos por este Ribera del Duero, un vino bien estructurado, con un paso en boca amable y potente. Moderada acidez dando al vino viveza y frescura. Equilibrado y elegante. Me gustó bastante.
Es bien sabido que tierra adentro se come generalmente bien, pero si quieres ir a lo seguro has de venir a este restaurante de Ayora.
Fotografías: © Paco Palanca / Instagram: @ojoalplato.blog / Facebook: @ojoalplato /Twitter: @ojoalplato /Twitter: @pacopalanca