Yvonne y Enrique son dos apasionados que trabajan y luchan por aquello en lo que creen ¿Qué por qué sé esto? Porque es lo que transmiten a través de sus conversaciones en directo, de su página web y de su perfil de Facebook.
Son una pareja inquieta que tiene planificado el año con menús especiales según la época, lo que ellos llaman jornadas de temporada. Las hacen de setas de otoño, de caza, de bacalao desalado, de trufa tuber melanosporum, calçots, setas de primavera, de espárragos blancos de Navarra y lo que va surgiendo a lo largo del año.
Ahora están en su apogeo las de la tuber melanosporum, con un menú especial de cuatro platos a base de trufa. No obstante también se puede comer a la carta o elegir cualquiera de los menús degustación.
La oferta de pan.
Junto con el pan nos sirvieron un poco de aceite de la Sierra de Espadán. De marca Belluga, riquísimo.
El vino elegido, teniendo en cuenta la diversidad del menú y la cantidad de trufa, era un poco complicado, nos decantamos por este Ses Ferritges 2007, de la Bodega Miquel Oliver, VT de Mallorca. Ninguna indicación en la contraetiqueta.
Nos lo decantaron sin pedirlo, no sé si era conveniente. Aromas ligeros a fruta y madera. Me pareció un vino suave, con una entrada en boca fresca, debido a la punta de acidez que tiene. Conforme avanzó la comida fue adaptándose mejor a los platos, algo totalmente natural.
Como es habitual, Enrique Medina ofrece un aperitivo antes de empezar con los platos del menú, en esta ocasión unas croquetas de pescado que estaban muy sabrosas.
La primera entrada era un capuchino de hongos, bonito del mediterráneo y palitos de tuber melanosporum. Impresionante el sabor a hongos y estupendo el bonito crudo. El mejor plato de la comida. Enrique ha puesto el listón muy alto.
Segunda entrada. Terrina de tupinambo, pulpo de roca y trufa silvestre. Una idea original utilizar este tubérculo en lugar de la patata, además muy bueno. El pulpo tierno y sabroso.
En tercer lugar vinieron unas migas con huevos de corral fritos, uvas y trufa silvestre. ¡Impresionante la ración! Con este plato nadie se marchará con hambre del restaurante.
Yvonne me ofreció la posibilidad de incluir un plato de rodaballo, accedí y vino acompañado de un puré de berza, coliflor y patata, con un rustido de almendras y trufa. Siempre se me olvida pedir el pescado menos hecho, en esta ocasión también y por eso lo encontré algo pasado de punto.
El plato de carne, albóndiga trufada, puré de patata y compota de manzana.
El postre exquisito. Sobao de pistacho con chocolate blanco y helado de yogurt.
El servicio de sala es impecable, empezando por Yvonne y continuando por sus ayudantes.
Lástima que la trufa no la encontré tan aromática y sabrosa como la recordaba, dicen que no hay dos trufas iguales debido a las condiciones en que se han desarrollado.
Apicius es un restaurante en ascenso, gracias al trabajo de sus propietarios y esto acaba siendo reconocido. Acaban de recibir un sol Repsol, una distinción de la Guía Michelín y están nominados como restaurante revelación en Madrifusion 2013. ¿Qué más se puede pedir para un mismo año? Felicidades
Apicius. Calle Eolo 7. 46021 Valencia. Teléfono 963 936 301