Es inevitable, cuando quieres comer bien eliges los sitios que nunca te han defraudado. A pesar de que ya son unas cuantas veces las que he venido a comer a este restaurante el nivel de satisfacción ha sido siempre muy alto. Su propuesta es infalible, producto de calidad y tratamiento idóneo en la cocina. Si además cuentas con un local modernista que es una auténtica joya y un personal encantador y muy profesional ¿Qué puede fallar?
El nivel de calidad se aprecia en todos los detalles, empezando por el aceite que se ofrece en la mesa para degustar entre plato y plato, seguramente uno de los mejores que se pueden encontrar en la península. Un varietal de aceituna picual de cosecha temprana, cogida cuando la oliva está en la fase del envero, cuando empieza a cambiar de color. Todo el que lo prueba se queda encantado con él.
Con un producto así ¿Qué puede salir mal?
Hay cosas que se tienen que tomar con cierta frecuencia, ya que son señas de identidad del restaurante, una es esta ensaladilla de "llisa" o mújol con salsa tártara. Está riquísima.
Otro de los platos insignia del restaurante es la tradicional titaina, elaborada con "tonyina de sorra" que es ventresca de atún en salazón, lleva además tomate, pimiento rojo y piñones. Un plato típico de la zona y que está espectacular. La dificultad de este plato está en controlar el punto de sal, ya que el atún que se utiliza está muy salado.
Siguiendo con la racha de platos tradicionales, no podíamos dejar pasar la ocasión de tomar unas albóndigas de bacalao. Esas "mandonguilles" supieron a poco. Pero había que reservarse, quedaba mucha comida por delante.
Este es otro de los platos que no te puedes perder, lástima que no siempre hay alcachofas. Pero si las hubiera pídete estos langostinos con alcachofas confitadas. Están de maravilla.
¿Qué te parece este plato de "sepionet" (sepia pequeña) a la plancha? estaban tan frescos que parecía que alguno podría moverse. Sabrosos y tiernos.
Unos días antes Maribel había publicado en el Facebook del restaurante un enorme pescado que había adquirido y nos apetecía probarlo. Así que nos preparó un trozo para saciar nuestra curiosidad gastronómica. Se trata de un pez limón o lecha. Según la Wikipedia puede alcanzar un tamaño de hasta 160 cm y 60 kg de peso.
Al final apareció nuestro amigo del principio, el señor Rodaballo, aquel que nos presentó Maribel. Resultó ser de una textura fina y un sabor espléndido. Buenísimo.
El capítulo de los postres es también muy tentador, empezando por esta torrija de brioche caramelizada.
Continuando con este coulant casero con helado de vainilla.
Y acabando con esta tarta de naranja. Los postres están al nivel de toda la cocina del restaurante. Suele haber arnadí, tarta de queso y cremoso de arroz con leche. Para todos los gustos.
Para acompañar a tan magnífica comida pedimos un cava de Requena, el Tharsys Único. Brut Gran Reserva 2018, elaborado con la uva tinta Bobal, autóctona de Utiel-Requena, es por lo tanto un "Blanc de Negre" según se indica en la etiqueta, con 35 meses de crianza en rima. Un cava excepcional. El otro vino fue ese monovarietal de chardonnay 2022 de la zona del Somontano, elaborado por la Bodega Enate, resulta ser un vino fino y elegante, que acompañó perfectamente al rodaballo.
Una fiesta más en el restaurante de Maribel. "El Cabanyal"
¡Hasta la próxima!