Nuevo restaurante, para mí y para casi todos los valencianos, abierto en marzo de 2009. Es un local muy pequeño, seis mesas, pero muy céntrico, al lado de la plaza de Alfonso el Magnánimo. En la calle Verger número 1, 46003 Valencia. Teléfono 961.139.930, sí es un número de fuera de Valencia, aunque el restaurante está en el centro de la ciudad, supongo que tienen algún desvío para atender las reservas, si es que las aceptan. Supongo que sí. Tengo que reconocer que he llegado hasta este local por un cartel que había a la entrada de la calle que anunciaba una marca de café, Lavazza. Café italiano de lo mejor y difícil de conseguir fuera de Italia. El restaurante esta regentado por dos italianos, al menos yo he visto dos. Según me contaron tienen experiencia en restauración, pues en Italia se dedicaban a esto mismo. Otro de los reclamos del cartel que me terminó de convencer para entrar y conocerlo fue que anunciaban "aperitivi italiani", eso no me lo podía perder, solo pensar en el Campari y sus combinados, ya se me hacía la boca agua. ¡Que buena decisión he tomado!
Volvamos a lo que os interesa a vosotros. Como decía el local es pequeño, pero de momento a mediodía parece que no hay problema, cuando lo conozca por la noche, que imagino que estará mucho más concurrido ya os contaré, será pronto, tranquilos. Tiene un menú por 9,50 euros, con cinco primeros y cinco segundos, más postre, bebida, pan y café a mediodía y pan y café por la noche. Una ganga. Pero lo mejor es la carta de aperitivos y cócteles que tienen a unos precios muy competitivos (esto que no lo lean ellos). Los aperitivos a dos euros la mayoría de ellos, yo me pedí uno que llevaba cava, Campari y soda, con su rodaja de naranja y su aceituna gordal. Me gustó mucho. Los cócteles son otro de sus fuertes, y eso que solo he probado uno, pero uno que conozco bien, que yo hago en casa y he publicado aquí, el white russian. No lo hacen exactamente como yo, pero está muy bueno, no digo que esté mejor que el mío, solo digo que esta muy bueno y es diferente. Pero sobre todo es ¡enorme!, no me lo pude terminar, por prudencia ¡eh! El precio entre cinco y seis euros, otra ganga. Tienen una oferta bastante extensa, para lo habitual en Valencia, tanto de cócteles como de aperitivos, que no dejan de ser cócteles para antes de comer. Solo por esto creo que se merecen una o varias visitas. Ahora toca hablar del menú. En primer lugar tengo que decir que me pareció que no había cocina, por lo que imagino que los platos están previamente preparados. Esto, aunque os pueda sorprender a algunos, ocurre en la mayoría de restaurantes, aunque tengan cocina, hoy en día casi todos trabajan a partir de productos preelaborados, salvo honrosas excepciones. Los primeros del menú son: ensalada de queso de cabra, ensalada de la casa, calabacín relleno de pescado, berenjena rellena de carne y col salteada con patatas y bacon. Los segundos son Lasaña de berenjena, calamares con salsa de cebolla, pechuga de pollo rellena de jamón con bechamel, merluza con espárragos trigueros y gambas y albóndigas con carne o con carne y setas. Yo me pedí la ensalada con queso de cabra, en la que el queso no es fresco, es tierno, pero el resto de ingredientes están preparados al momento, vamos recién cortados y pelados. De segundo me pedí la lasaña de berenjena, pero no era lo que me esperaba, no había placas de lasaña y lo que debía ser una salsa boloñesa era un puré, crema o papilla que sabía a boloñesa. Me la dejé por cuestión de principios, no me como aquello que no sé por aproximación como está hecho. Me recordó a una salsa industrial y prefiero ver la carne picada y el tomate en una boloñesa. De postre había tres opciones, me pedí la tarta de manzana, no era como me esperaba, imaginaba que sería una base de hojaldre y la manzana horneada, pero era una base de bizcocho, con crema pastelera y la manzana encima. Estaba buena, industrial pero buena. Para beber pedí una cerveza de grifo Amstel. Como era menú no pregunté si había otras opciones. La carta de vinos es muy corta, pero existe la posibilidad de pedir los vinos por copas. Abadía, blanco o tinto, o un crianza sin especificar o un Laderas, fin de la lista. Pero al menos los puedes tomar por copas, eso es una excepción en muchos restaurantes. Llegamos al apartado del café. Ye he dicho que fue la razón de que entrase en este local. A mitad de comida volví a preguntar si realmente era Lavazza, para confirmarlo, pues me resultaba extraño, ya que conozco las dificultades para conseguir este café fuera de Italia. Me aseguraron que sí. Cuando lo tomé me encantó. Además estaba bien hecho, acompañado de la chocolatina preceptiva. Muy bueno. La música me pareció que estaba muy bien escogida y a un nivel muy agradable. El eslogan del local es "Cocktails y tapas", tengo que probar esa opción.
Tiene un horario bastante amplio, de lunes a jueves de 10 a 16,30 y de 18 a 1. Los viernes igual por la mañana y por las tardes-noches de 18 a 2. Los sábados de 12 a 2. Quien no vaya es por que no quiere. Creo que es un local sin muchas pretensiones de momento, pero que por las tardes y las noches puede resultar muy atractivo.