Un restaurante que convence
No soy muy dado a visitar restaurante ubicados en la playa, por la pobre experiencia que me ha supuesto en bastantes ocasiones, pero reconozco que hay singularidades, ahora me vienen a la mente algunos, pero son la excepción, como es el caso que nos ocupa. Empezando por el luminoso local y el montaje de las mesas que es impecable. Continuando por el servicio, más que correcto y atento, sin mostrar signos de desagrado en ningún momento, y eso que éramos muchos sentados a la mesa. El menú estaba pactado y no hubo elección posible, pero examinando la carta, de cocina mediterránea, se ve que hay una buena oferta de entradas, bastantes arroces para elegir y suficiente surtido de pescados y carnes. Los postres son caseros, según se indica en ella.
Dispone de una terraza con vistas al mar, que en los días buenos, que por aquí son la mayoría, se puede comer muy a gusto en ella.
Estas son las vistas desde la terraza del restaurante.
El menú pactado constaba de seis entradas y un plato principal, todo al centro para compartir, excepto los postres. La primera entrada fue este tomate trinchado con ventresca de atún, anchoas Lolín y sales negra y Maldon. Todo de calidad. Buen comienzo.
Seguimos con una alcachofa al horno rellena de jamón y foie. Comentamos que no era todavía tiempo de alcachofas y desconfiábamos de su ternura, pero nos sorprendió gratamente su consistencia y sabor. Fenomenal, cuando fuera de temporada te pueden ofrecer algo así se agradece.
A continuación "un all i pebre" de anguila, como es tradicional, correcto y muy sabroso pero falto de picante para mi gusto.
En cuarto lugar nos sirvieron un pimiento del piquillo relleno de morcilla, rebozado y frito, acompañado de una salsa que le iba muy bien, pero que no identifiqué, ni pregunté. ¡Novato!
Después una puntillas de chipirón rebozadas. Bien la fritura, nada aceitosa, y correcto el chipirón.
Esta fue la última de las entradas y también la única que flaqueó, ya que alguno de los salmonetes que venían en el plato no tenía el sabor que debería. Sin embargo los boquerones estaban exquisitos.
El plato principal consistió en entrecot de ternera gallega asado y trinchado, puesto al centro, acompañado de patatas fritas y pimientos de Padrón. Una carne muy tierna y en su punto justo de cocción. Muy bueno.
Los postres fueron variados, se pudo elegir entre helado de turrón y mandarina. Muy conseguidos ambos sabores.
Otra de las opciones fue este coulant de chocolate, o como aparece en la carta, "Tapón de chocolate al horno". Hay que tener en cuenta que el postre denominado "coulant" está patentado por el chef francés Michel Bras desde 1981.
Una tercera elección fue esta cremosa torrija.
La carta de vinos tiene un corte bastante clásico pero esta suficientemente equilibrada, dentro de esa estructura se encuentran buenas opciones, como por ejemplo este MAGNUM de chardonnay de Bodegas Nodus, dentro de la DO Utiel-Requena, de producción ecológica, fermentado en barricas nueva de roble. Por su fermentación en barrica se aprecia esa complejidad propia de este tipo de elaboración, resultando un vino muy estructurado y también armonioso. Es elegante y complejo, recordando sus aromas a las frutas tropicales y a la vainilla. La posibilidad de haberlo tomado en formato magnum (1'5 litros) no es muy usual. Un vinazo.
Para el plato principal fuimos a por algo seguro, que funciona siempre, Baigorri crianza del 2018, elaborado con uvas de las variedades Tempranillo (90%), Garnacha (5%) y pequeñas proporciones de otras variedades autóctonas exclusivamente cultivadas en la Rioja Alavesa (5%). Se ha conseguido el equilibrio entre fruta y madera, frescura y concentración, elegancia y potencia, una armonía especial. Destacan los aromas a frutas negras y especias. Otro gran vino.
Me llamó la atención este artilujio que tienen en la entrada en una zona donde preparan los cócteles. Me explicaron que es para enfriar las copas mediante CO2, parecido a lo que se hace en los tiradores de cerveza. Algo así entendí. No lo sé explicar mejor. Pero ver que se cuidan esos detalles hace que me ganen la confianza.
Recomendable, sí señor.