
Ya van siendo algunos veranos los que vamos a inaugurar el periodo de vacaciones en este espléndido paraje, ojalá se convierta en una costumbre, con unos pocos años más ya se podrá considerar algo consolidado y una tradición en toda regla. Como vamos a disfrutar dejamos la responsabilidad del menú en manos de los profesionales y no sabemos nunca lo que vamos a comer, pero siempre salimos muy contentos. Cuando vengas déjate llevar.
No creo necesario volver a contarte los detalles del local, de lo bien que se come y lo fenomenal que tratan a todos los clientes Paco Aviñó y su equipo. Si sientes curiosidad o quieres recordar algunas visitas anteriores puedes pinchar en cualquiera de estos enlaces (1), (2), (3), (4) o escribir en el buscador de Ojoalplato "Genuí" (con el acento), encontrarás alguna reseña más.

La primera entrada nos dejó totalmente sorprendidos, por lo aparentemente sencilla y la extraordinaria calidad del resultado. Una ensalada de judías verdes con atún rojo y gomasio o sal tostada con sésamo. Todo, todo, pero todo, estaba sabrosísimo y fantásticamente aliñado. Fijate que es uno de los platos que más me gustó. Y te aseguro que los otros estaban geniales también.

La suma de los ingredientes de la siguiente entrada ya te da una idea de que va. Alcachofa con jamón y gorgonzola. Lo dicho, maravilloso.

Aquí se hace cocina fusión sin complejos, igual te elaboran un plato asiático, que uno árabe o uno americano, como este Taco de costilla con guacamole. Pero, eso sí, con buenos resultados siempre.

La memoria del buen restaurador es importante. Paco Aviñó recuerda que a uno de nuestros amigos le chiflan los platos de cuchara y lo sorprende cada vez con uno diferente. Como estas pochas con bogavante y pulpo. Aunque tú no seas, o sí, amante de los platos de cuchara este te enamoraría seguro.

Con materia prima bien elegida y buen oficio culinario se hacen cosas fantásticas, como esta pechuga de "pollito de grano" con almendra tostada y ajo negro. El término "pollito de grano" se refiere a un tipo de ave que se cría con una alimentación basada principalmente en cereales, como el maíz. Obvio ¿no?

La sorpresa mayúscula llegó con el plato final, este gazpacho manchego, sorprendente por lo inesperado, tanto por el escaso arraigo local como por la estación, pero cayó estupendamente.

De postre tarta de queso con helado de Cabrales y fresas. Dos quesos en dos versiones diferentes. Un reto de texturas y sabores.

Louro es el vino inicial de la bodega de Rafael Palacios en A Rua (Ourense) y el hermano pequeño del aclamado As Sortes. Al igual que aquel, se elabora con uvas de cepas viejas (hasta 40 años de edad). En este caso, la uva Godello, que vinos como As Sortes ayudaron a reposicionar en el olimpo de los vinos gallegos, está acompañada de un pequeño porcentaje (8%) de la también autóctona Treixadura. Este vino seduce con su vibrante frescura y elegancia. Este blanco joven ofrece un indiscutible atractivo aromático, donde destacan las notas cítricas de limón y pomelo. Un vino que siempre convence y engrandece una comida.

Lamín 2018 es un monovarietal de Garnacha que elabora Bodega SOMMOS en la zona de Calatayud. Procedente de las viñas más viejas de esta varietal que posee la bodega, con edad media de 60 años, que se ubican a unos 900 metros de altitud, con climatología rigurosa. Un vino de carácter, potente, con cuerpo, que llega a los 15º. En el que la mineralidad procedente de los suelos, unido a la edad de las viñas, nos ofrece un vino complejo. Crianza sobre sus lías con batonnages periódicos, con un 15% del vino que ha estado durante 18 meses en tinaja de arcilla y el otro 85% ha estado 18 meses en barricas de roble francés. Es sabroso, goloso y equilibrado. Se funden los matices frutales, especiados y minerales que le confieren una gran elegancia. Un vino que se recuerda mucho tiempo.
Hay costumbres muy satisfactorias y esta de la visita de los veranos a Genuí es una de ellas.