Éste es uno de esos restaurantes que descubres por casualidad y que resulta ser un acierto. En un local agradable y luminoso, frente al mar, vas a comer muy bien.
Su carta es de estilo mediterráneo, en la que no aparece la oferta de los pescados pero, con buen criterio, ya que eso indica que el pescado que hay es el que ha venido del mercado y siempre es fresco.
Hicimos una comida muy sencilla pero muy gratificante, ya que todo lo que pedimos estaba muy bueno. Para empezar nos ofrecieron este típico aperitivo, que por Murcia le llaman magras, siendo Almería su vecina es lógico que tengan platos comunes, es una carne de cerdo guisada con salsa o tomate. Rico.
Cuando nos apercibimos de la frescura de los productos del mar que tenían nos centramos en ellos y para empezar pedimos un calamar a la plancha, casi medio kilo, dando prioridad al producto sobre la elaboración. Estaba tierno y en su punto. Delicioso.
Lo acompañamos de estas verduras asadas que estaban muy buenas.
De principal pedimos esta Gallo Pedro que salió exquisito. Un producto de primera. Fantástico.
El pescado también venía con su guarnición, en este caso estas patatas al horno que estaban perfectas.
De postre tomamos este pastel de zanahoria, que no sé si sería casero pero estaba excelente. Ligero y sabroso.
La carta de vinos no es muy extensa, aunque sí ofrece algunas cosas interesantes. Nosotros quisimos averiguar como estaba este Pazo de Rubianes. Y nos sorprendió, es un vino blanco aromático con intensas fragancias de fruta blanca y cítricos, notas florales y toques de hierbas aromáticas. En boca es graso, fresco y elegante. Un vino con carácter, con buena acidez y con un final persistente y sutilmente amargo.
Si vas por Carboneras apúntate en la agenda comer en Sagoni.