Vermut, vinos y viandas
“Un tributo a la gastronomía de toda la vida, inspirado en la musa del cine Sophia Loren, en su elegancia y en su distinción, señas de identidad de nuestra taberna.” De la web Sophia Bistró.
Local aperturado en julio de 2022, con un horario ininterrumpido de 9 a 24 horas, excepto sábado que lo alargan hasta las 2:30 h. y domingo que cierran a las 18 horas. Tiene una decoración en la que predominan los tonos rojos, las mesas son todas altas, pero curiosamente los asientos son más confortables de lo habitual, de hecho me olvidé de ese detalle durante la comida, señal de que estaba cómodamente sentado. En otras ocasiones me ha dado la sensación de estar subido en una percha para pájaros.
Llama la atención que, según dice en la carta, los arroces que preparan están realizados con grano de la Albufera de Valencia. Existía la posibilidad de elegir uno cremoso de setas mantecado con parmesano y cebollino y otro cremoso de gamba roja.
La cristalería es de la marca Riedel lo que indica que el servicio del vino se lo toman en serio. En la carta podemos encontrar casi 150 referencias de vino tanto nacionales como internacionales.
Desde cavas y champagne a generosos para acompañar un postre, además de una amplia selección de tintos, blancos y rosados. Pero sin duda, uno de los aspectos más destacados de la carta es que alrededor de una treintena de estos vinos se pueden tomar por copas, una propuesta ideal si vas a tomar unas tapas y deseas tomar vinos diferentes y de calidad.
Algo por lo que destaca este restaurante, es por el jamón ibérico cortado a cuchillo, pocos establecimientos mantienen un servicio como éste para el disfrute de los buenos aficionados a este majar exclusivo. ¿Quién se puede resistir a esas lonchas bien cortadas que se funden en la boca sin casi tener que masticar?
La carta de los platos es tan atractiva que se hace difícil elegir, apetece todo. La ensalada de helado de tomate con canónigos y nueces caramelizadas, las clóchinas mediterráneas en cocotte al vapor de champagne. Las zamburiñas gallegas gratinadas sobre una cama de chalotas y puerros, o unas cigalas grillo con triple refritada donostiarra. Suprema de bacalao gratinado con mahonesa de padrón, o el tartar de atún rojo con emulsión de aguacate. En cuanto a carnes, el carpaccio de picaña de vaca, el steak tartar con pan Carasatu o el tataki de vaca madurada. Todas ellas son algunas de las interesantes opciones que se ofrecen. Con la opción de pedir medias raciones en algunos de los platos, lo que hace que las posibilidades de disfrutar de viandas variadas se amplíe.
Como había que tomar una decisión "dolorosa", dejando fuera algunas cosas muy apetecibles, empezamos por algo que no falla, media ración de jamón ibérico ecológico de bellota cortado a cuchillo acompañado de picos de Utrera. Solo su color ya alimenta.
Unas zamburiñas gallegas gratinadas sobre cama de cebolla dulce. Gustosísimas. La cebolla muy natural sin azúcar añadido, como sucede con algunas otras.
La croqueta líquida de paleta ibérica de bellota se vengó de mí, salía tan caliente que me abrase la lengua en el primer bocado, pero al final vencí yo, acabé con ella con mucho placer. Suena algo sádico, pero fue así.
Las mollejas de cordero lechal glaseada con su propia demiglace al limón y chalotas es uno de los platos estrella, se termina de preparar en la mesa con la ralladura de piel de limón que ayuda a aligerar la untuosidad gracias a su suave acidez y aromatiza fenomenal.
Una media ración de tataki de vaca madurada 30 días, acompañada de patatas glaseadas en mantequilla ahumada, fue el fin de fiesta de la parte salada. Una carne exquisita y perfecta de punto. Deberíamos haber pedido la ración entera, pero todo no puede ser, había que dejar sitio a lo dulce.
De postre elegimos la famosa tarta cremosa de Idiazabal ahumado acompañada de su propio helado de triple ahumado. Espectacular. Una de las mejores tartas de queso que he tomado nunca, cremosa hasta decir basta, pero sin perder su consistencia, como les pasa a muchas otras que acaban desparramadas en el plato. El helado “potentísimo”, puro humo.
Gracias a la extensa oferta de vinos por copas pudimos elegir con mucha libertad aquello que nos apetecía para acompañar a las zamburiñas y nos decantamos por este Gaba do Xil, variedad Godello del año 2021, de la Compañía de Vinos de Telmo Rodríguez, DO Valdeorras. Es un vino blanco de nariz sutil, con aromas a hierbas y fruta blanca. En boca es de cuerpo medio, con una sensación aterciopelada. Servido perfecto de temperatura también.
Para los platos más contundentes elegimos este Pies Negros de Bodegas Artuke, acrónimo de Arturo y Kike, los hermanos que dirigen la bodega, de la DOCa. Rioja. La uva se despalilla y la pisan a pies desnudos, de ahí su nombre. Un coupage de 90% Tempranillo y 10% de Graciano. Color rojo rubí con ribete violáceo. Destaca por su frescura, sus aromas de frutas del bosque, unas cremosas notas lácteas, tostados y especias. En boca es estructurado, vuelve la fruta, apuntes minerales y balsámicos y con taninos marcados. Una delicia. Me gusta este vino.
Es un placer comer en Sophia, lástima que la tengamos a trescientos kilómetros de distancia, pero es uno de los sitios al que creo que volveré en alguna ocasión. Enhorabuena a los maños que pueden disfrutar de este local con asiduidad.