Producto y oficio
¡Que gozada cuando encuentras buenos profesionales haciendo su trabajo! Es lo que sucede cuando vas a Tapavid, Chelo y Miguel saben muy bien lo que se llevan entre manos y parece que lo hacen con gusto. Tienen todo lo que se necesita en un restaurante, buena materia prima, buena mano en la cocina para tratar esos productos y un buen servicio, eficaz y amable.
Después de varios intentos por conseguir una mesa en sábado, por fin lo logramos en la terraza, a pesar de que amenazaba lluvia; este es un buen indicador de que las cosas funcionan bien, la fidelidad del cliente es la mejor prueba de ello.
Como el mercado manda, sobre todo en asuntos de la pesca, en esta ocasión no pudimos disfrutar de los boquerones en vinagre elaborados al momento delante del cliente, pero sí de las tostas de pan cristal con solomillo en sus distintas presentaciones, un fijo para nosotros siempre que vamos.
Siendo temporada no hay que dejar pasar la fritura de alcachofas; una materia prima tierna, con un sutil rebozado y un paso por el aceite ligero pero suficiente, dan como resultado un bocado terso, sabroso y nada graso.
Emulando a las alcachofas, estos pescados salieron de las mismas manos y con la misma técnica, sin duda. Con una frescura incuestionable, estaban exquisitos.
Jugando de nuevo con el producto de temporada ¿quién se resiste a unos huevos fritos con trufa rallada ante tus ojos? Pues eso, un escándalo de plato. A tenerlo en cuenta cuando sea temporada de tuber melanosporum.
Llega el turno de las tostas de solomillo. Sobre un pan de cristal crujiente un trozo de solomillo ibérico que se deshace en la boca acompañado de cebolla bien caramelizada. Sabe a poco.
La otra tosta era de solomillo de vacuno con foie micuit. Ideal el punto de la carne y su sabor. El micuit casi le sobra. Un bocado exquisito.
Un rico postre casero para finalizar, manzana asada con helado de vainilla, nata y canela.
La bodega no es muy extensa, pero se encuentran cosas interesantes que cubren perfectamente las necesidades del comensal. Nosotros optamos por este Ribera del Duero, con una relación calidad precio excelente. Es un vino carnoso y equilibrado en la boca, con personalidad, aromas de fruta negra en nariz y bollería en el retrogusto. Lo elabora Bodegas Montebaco en Valbuena de Duero (Valladolid) con un 90% de Tinta Fina (la tempranillo de la Ribera del Duero) y un 10% de Merlot. Siempre aciertas con este vino.
Espero que no nos cueste tanto encontrar mesa la próxima vez. Sin reserva desde luego no hay nada que hacer, fueron varios los que pasaron a preguntar mientras estábamos allí y se tuvieron que marchar sin comer.
Fotografías: © Paco Palanca / Instagram: @ojoalplato.blog / Facebook: @ojoalplato /Twitter: @ojoalplato /Twitter: @pacopalanca