¡Vivan las tapas!
Ceviche de Cartagena de Indias. Restaurante Paraíso Travel 2020. Valencia
Hay días que te apetece algo exótico y buscas ese restaurante que prepara platos con ingredientes que no conocías hasta hace poco y que te cuesta pronunciar, pero que te dejan una sensación nueva en la boca y en el espíritu, con aromas que te transportan a lugares recónditos y a mercados de especias, que te descubren emociones ligadas a ese picor o cosquilleo que produce el wasabi en la nariz, o esa pequeña flor eléctrica o de Sichuan que te adormece la lengua momentáneamente, o el estallido de calor punzante del chile que ha llegado a tu boca inadvertidamente pegado clandestinamente a un trozo de carne, o ese aroma del curry que lo inunda todo en los establecimientos indios.
Huevos fritos con trufa negra (Tuber Melanosporum). Tapavid 2022. Valencia
Pero en otras ocasiones, lo que quieres es refrescar tu memoria gustativa con los sabores de siempre, recrearte en aquellos platos que fueron la base de tu aprendizaje gastronómico, que te abrieron la mente al placer de comer y de hacerlo conscientemente. Revivir esa manera tan nuestra de comer y tan saludable, según los que saben de nutrición. ¿Y que mejor que hacerlo a base de tapas? ¿Quién quiere comer solamente un contundente plato único? Mejor pequeños y variados bocados que vayan estimulando nuestras papilas con cada nueva presentación.
Y aquí estamos en Taps Can Avelino, en Mahón (Menorca). Como se aprecia en la foto anterior, tiene una amplia gama de tapas tradicionales, las de siempre, pero también incorpora algunas de nueva creación, como las “bravas de boniato”, y alguna incursión en cocinas de etnias extranjeras como tikka masala, samosas, hummus con crudités, Wok Thai, secreto con chutney de pera, el tataki de atún, tajine de cordero y alguna cosa más. Pero estábamos nostálgicos, tal vez, y nos apetecía la cocina mediterránea.
¿Por dónde empezamos? Había dos alternativas muy clásicas: bravas o ensaladilla. Las bravas iban a tardar, así que para acompañar las cervezas que ya teníamos en la mesa, la mejor opción era la segunda. Después de la experiencia de haber comido allí, probablemente las bravas hubieran estado buenas, pero la ensaladilla no defraudó. Tenía su punto. Estaba bien.
El jamón ibérico con pan de cristal es imprescindible. Un buen jamón siempre apetece y este pan está exquisito, acompaña muy bien a esta joya gastronómica.
Siempre se piden croquetas, de lo que sean, no pueden faltar en una mesa en la que se está tapeando. Las hay elaboradas de todos los posibles ingredientes que te puedas imaginar, unas más sencillas y otras muy sofisticadas. Éstas eran de las segundas, están hechas de calamar en su tinta y gambas.
Un clásico de lujo, bacalao con muselina de ajo gratinada. Me encanta, de hecho lo hice durante algún tiempo siempre que tenía invitados. Recomiendo leer esta antigua entrada (2009), me ha hecho sonreír.
Cochinillo deshuesado con puré de manzana y canela. Esto ya casi que no se puede considerar una tapa, estamos hablando de palabras mayores. Pero al ser una ración a repartir entre cuatro la cantidad volvía al rango de cocina en miniatura. Eso te permite alargar el número de platos que puedes probar, compartiendo se comen más cosas.
Como fin de fiesta una ración de solomillo de buey con virutas de foie, cebolla caramelizada y reducción de Pedro Ximénez. Un poco menos de Pedro Ximénez se hubiera agradecido, la carne no lo necesitaba, tenía el suficiente sabor para disfrutarla sin aditamentos.
El fin de fiesta era para lo salado, después vino el turno para lo dulce, empezando por esta tarta de cerveza Guinness que estaba sorprendente.
También una tarta Tatín, de manzana lógicamente, muy acertada.
Y la omnipresente tarta de queso para rematar la comida de tapas.
Polvorete es un nuevo vino de la Bodega Emilio Moro, con una llamativa etiqueta diseñada por el artista mallorquín Domingo Zapata. Está elaborado exclusivamente con la variedad Godello bajo la Denominación de Origen Bierzo. Es fresco, expresivo y alegre.
Para los platos más contundentes nos hicimos acompañar por este Ribera del Duero, de nombre Traslascuestas, elaborado con la uva Tinta fina 100%, con al menos cuatro meses de crianza en barrica de roble. Es un vino aromático, sabroso y elegante. A tener en cuenta.
Si estáis por Mahón os recomiendo que visitéis a Avelino.