Timoteo es un bar que está abierto desde el mediodía hasta la medianoche, donde puedes disfrutar de un aperitivo, una cerveza, una comida divertida o tardeo con amigos hasta la cena. Su cocina ofrece platos de calidad, preparados con entendimiento y buenos ingredientes. El concepto es básicamente mediterráneo, con un enfoque en tapas y comida típica de bar, pero reinterpretada con un toque actual e incorporando alguna influencia de otros países. Cocina divertida para disfrutar en serio.
La ensaladilla tiene un rasgo especial, basado en un mayor uso de los encurtidos que no es habitual en otras que te encuentras por ahí, las cuales resultan bastante insulsas y monótonas, ésta tiene chispa.
Otra buena opción es la croqueta de jamón con su lonchita de cecina. Está sabrosa y ese complemento le aporta bastante atractivo.
Este bocado estaba espectacular, "pan-pan" auténtico y tostadito, la carne tierna, en su punto, y el foie, aunque en la carta pone que va rallado, aquí vino en un trozo generoso. Lo tienes que pedir.
El bikini trufado es una opción interesante por original, es un sándwich o emparedado con cecina de Angus y queso idiazábal ahumado, acompañado de una salsa demi glacé por encima. Distinto.
Esta berenjena a la brasa con salsa de sésamo, ajo y lima es una suculenta alternativa vegetal. Pide una cuchara y algo de pan para rebañar la salsa, no te la pierdas.
A estas alturas no sé si todavía habrá alguien que no conozca el corte del cerdo que se llama lagarto, nombre muy adecuado dada su forma. Es un cordón del lomo del cerdo que se extrae de la parte entre las costillas y el lomo. A la parrilla está exquisito. Anímate y verás que cosa más rica.
De postres fuimos a los clásicos, una tarta de chocolate muy tierna con avellanas garrapiñadas. Si hay chocolate hay alegría y placer.
El segundo postre más clásico todavía, la omnipresente tarta de queso que se sigue pidiendo, eso sucede porque han mejorado mucho su elaboración. Recuerdo aquellas que nos servían hace unos años tan resecas que parecían un trozo de pan dulce. Ahora hemos salido ganando y por eso sigue a la cabeza en el ranking de postres. Ésta estaba muy apetitosa.
La carta de vinos no es muy extensa pero tienes buenas opciones para elegir como este Tarsus 2020 de la Ribera del Duero, pertenece al Grupo Pernod Ricard. Elaborado con la variedad Tempranillo o Tinta Fina, como se la llama en la Denominación de Origen, con una crianza de 12 meses en barrica de roble francés y americano. Es afinado en botella, donde permanece un año, antes de salir al mercado. Aromas a fruta roja combinados con los tostados y especiados de la barrica. Un vino intenso, poderoso pero con la madera muy bien integrada.
Un gastrobar a tener muy en cuenta, sobre todo para los residentes en el barrio, un punto más de encuentro.