Quique Barella baja a la arena
Una nueva y esperanzadora propuesta de restaurante a la orilla del mar, ahí donde tanto nos gusta disfrutar de la gastronomía a los valencianos. Tomar una copa, un aperitivo o comer viendo el sol reflejarse en el mar lleno de destellos de luz y escuchar el sonido de las olas, es una de las mejores experiencias que se pueden tener. Cielo azul, sol, mar y gastronomía son una excelente combinación. Si a eso le añadimos que las riendas de este nuevo proyecto van de la mano del grandísimo cocinero Quique Barella, auspiciado por el emprendedor Toni García, con sus hijos Toni y Marcos, la apuesta es sin ninguna duda ganadora.
El edificio, a pie de playa, es una antigua vivienda residencial con su "torreta", que la distingue de todas las demás. El interior está muy bien acondicionado. Consta de una planta baja, donde ya funciona el restaurante de estilo tradicional, y una planta alta donde irá el restaurante gastronómico en el cual Quique Barella desarrollará toda su sapiencia, sin perder las raíces de la cocina popular valenciana, dando a sus platos un aire actual y creativo.
La oferta del restaurante está basada en unos cuantos platos representativos de la zona marinera de Valencia, cuyo producto proviene en su mayoría del mercado del Cabanyal. De esa procedencia es este marisco de pequeño tamaño, crujiente y sabroso llamado "mosquito" (Munida SPP). Como se trata de un producto fresco y perecedero, al depender de las existencias del mercado, no figura en carta.
La que sí que figura en la carta es esta vistosa y agradable ensalada de sardinas y encurtidos. Uno de esos platos que juegan con la contundencia de la sardina y el refrescante sabor de los encurtidos y las verduras.
Las croquetas son unos de los platos imprescindibles, en este caso no pedimos las extraordinarias albóndigas de bacalao, en su lugar probamos éstas de puchero, que tampoco se quedan atrás.
Otro de los platos que resulta también exquisito es la tradicional titaina. Sencillo pero resultón guiso de tomate, pimiento y ventresca de atún salada.
Fuera de carta tenían estas vieiras a la plancha, no me pude resistir, soy un asiduo de los platos que no figuran en la carta, ya que habitualmente son el resultado de una compra de materia prima fresca del día. Estaban exquisitas.
Como plato fuerte, para "sucar", este encebollado con la humilde pero exquisita sardina de bota y huevos fritos. Plato contundente y muy adecuado para hacer frente a las labores agrícolas de la huerta valenciana, supongo. Hay una buena oferta de arroces variados, caldosos y secos. La paella valenciana se hace exclusivamente por encargo.
Unos pocos postres pero exquisitos, como este flan de queso con coulis de frutos rojos y helado de canela.
Estamos de enhorabuena con el regreso de Quique Barella a los fogones, y que sea en un restaurante a la orilla del mar aún es mucho mejor. No os lo perdáis, aunque solamente sea para tomar un aperitivo al sol en su terraza cualquier mañana de este invierno y en verano bajo las sombrillas para disfrutar de mar y gastronomía.