Este vino lo probé por primera vez en el restaurante de Félix Chaqués, recién abierto en la calle Roteros de Valencia. Fue gracias a una sugerencia de un amigo de Montoro con el que compartía mantel, del que me fio completamente en cuanto a gustos enológicos. Fue un completo acierto.
Ramiro Ibáñez, enólogo de la Bodega Cota 45, está recuperando la manera de hacer los vinos tradicionales de las tierrasa albarizas, son vinos blancos de añada, al estilo de las manzanillas antiguas, con flor, sin encabezar y de trago largo. Antes de que se elaboraran los generosos actuales del marco de Jerez, así es como se hacía el vino en aquellas tierras de Cádiz.
Destacan los aromas florales con notas de fruta blanca y de levadura fresca. En boca es limpio y equilibrado, con la típica salinidad de la zona.