Restaurante ubicado en una edificación rural muy cercana a la población de La Xara, dotado de un amplio comedor y una agradable terraza interior. Se trata de un restaurante abierto en 1983, en el que se ofrecía una cocina tradicional y sencilla pero muy apetecible. Recientemente ha sufrido un cambio generacional y se han incorporado nuevos conceptos culinarios, sin abandonar esa base de cocina localista. Se ha evolucionado hacia una cocina más actual y creativa, manteniendo los estándares de calidad y arraigo a la cocina de la tierra. Cocina tradicional y de vanguardia conviven en armonía en su carta.

Pan con all i oli. Lo vengo diciendo durante mucho tiempo, un detalle como el pan es importantísimo, en este caso pasó prácticamente desapercibido. Sin pena ni gloria.

Dentro de la carta del restaurante hay un apartado de "Productos de proximidad" en el que destaca por méritos propios el pulpo seco a la brasa, plato icónico de La Marina. Éste está muy bueno, además bien cortado, perfectamente ordenado en el plato y con un tamaño muy homogéneo, circunstancias que no se suelen dar en muchos otros establecimientos. Un diez para el que montó este plato.

El tartar de atún es un plato que te encuentras prácticamente en todas las cartas actuales y casi todos con una presentación similar, pero en este caso el enunciado ya hacía presagiar algo novedoso " Tartar de atún con gel de pipirrana y lechuga de mar". Efectivamente hay un trabajo creativo, que a su vez aporta al plato matices innovadores que lo hacen más apetitoso y sugerente, por fin algo diferente. Además, para terminar de elevar al plato a otra categoría, el atún es exquisito, en trozos algo más grandes de lo habitual lo que permite apreciar mejor la calidad del pescado. Sobresaliente.

Cuando exploramos la carta enseguida se ve que hay que buscar los platos que diferencian a este local, en la parte que anuncian creaciones está esta "Coca de cebolla caramelizada, foie (mi cuit) y crujiente de frutos secos". Como se puede apreciar es una "coca" de las de aceite, bien surtida de relleno. Buen producto.

Otra de las especialidades que se descubre en la carta es esta "Coca de "dacsa" (maíz) con pimiento y berenjena a la brasa, sardina ahumada y velo de panceta". Algo muy tradicional de esta zona del Mediterráneo. Este plato resulta muy versátil, ya que permite grandes posibilidades de combinación de ingredientes, hay una que es la típica a base de tomate rallado, huevo duro, atún y anchoa, pero admite muchas variaciones, dependiendo de la creatividad de quien la prepara, en este caso la sardina y la panceta juntas son una buena idea.

Cuando en un plato leemos "tomate seco" hay muchas posibilidades de que forme parte de nuestro menú. En este caso se acrecienta el interés, ya que se trata de un "Arroz de atún, tomate seco y langostinos". Visto y decidido. Como buenos valencianos que somos nos dedicamos a examinar el punto y la distribución del grano de arroz. Como se puede apreciar en la orilla de la paella la capa es de un solo grano, tal y como se estila ahora, y para mí es una mala praxis ya que sostengo que de esa forma el arroz de esa zona no se puede cocer bien, y efectivamente, desde mi punto de vista, le faltaba un poco de cocción. Opinión que no compartían mis compañeros de mesa. Pero me da igual. Genio y figura...

Es evidente que, viendo la carta y los platos que han salido a la mesa, hay innovación y buenas ideas. Esa misma línea sigue la sección de postres, como esta "Espuma de turrón de Jijona, helado de caramelo y perlas de limón". Exquisito

No se queda atrás este "Mango, chocolate blanco Ivoire 35% y la fruta de la pasión". 

Un gran vinazo este O Gran Meín Castes Brancas 2020. Es un nuevo proyecto del equipo de Pago de Carraovejas en la zona de la DO Ribeiro. En bodega las uvas se vinifican en pequeñas partidas para potenciar la riqueza de cada variedad y de cada parcela. La fermentación es espontánea con levaduras autóctonas y finalmente el vino permanece sobre sus propias lías en depósitos de acero inoxidable durante 12 meses. Resulta un vino untuoso, fresco y amable. Un vino blanco de deliciosa intensidad aromática que presenta la cara más elegante de las variedades blancas gallegas (Caiño, Torrontés, Godello, Treixadura, Loureira Blanca y Albariño). 

O Gran Meín Castes Brancas es el resultado de microvinificaciones en manos expertas. Un vino untuoso, fresco y amable que pone en el punto de mira la D.O Ribeiro a nivel internacional.
Espectacular.

Ya conoces un sitio más para disfrutar de la cocina actualizada de la Marina Alta.