DISTINCIÓN POR LA BIODIVERSIDAD, por Luis Moreno Buj.
Una de las formas más dignas de recuperar los suelos procedentes de canteras de gravas es su reconversión en terrenos aptos para el cultivo. Y en los alrededores de Logroño nada hay más adecuado que plantar un viñedo.
Así que Dionisio Ruiz Ijalba niveló las antiguas explotaciones mineras,
las cubrió con un manto de 50 centímetros de espesor de tierra caliza y cantos, muy pobre en materia orgánica.
De esta forma creó unos terrenos idóneos para conseguir bajos rendimientos de forma natural, con las mejores condiciones para producir uvas de vinificación de la mejor calidad.
Desde sus inicios en 1975 el equipo de Viña Ijalba ha basado su estrategia en buscar la diferencia y ha dedicado un importante esfuerzo a la investigación. Fueron pioneros en elaborar el primer vino de Graciano y los primeros en practicar el cultivo ecológico en su zona vinícola. Desde hace más de una década, esta empresa colabora con la Universidad deLa Rioja, y con otros organismos, en varios proyectos de recuperación de varietales minoritarias de su DO y dispone de una plantación experimental con más de cien tipos de uva diferentes. En los últimos tiempos se ha arrancado de forma continuada muchos viñedos tradicionales. Cepas adultas, bien aclimatadas pero de baja producción, en ocasiones de maduración tardía -más expuestas por tanto a lluvias a destiempo y a los granizos- y han sido sustituidas por las más comerciales. Si en 1912 se podían documentar en La Rioja 44 varietales, en 1942 éstas se habían reducido a 11 y en el año 2000 sólo se podían encontrar 7. Algunas de las castas recuperadas han sido la Graciano, la Turruntés o las Maturana Blanca (Ribadavia) y Maturana Tinta, éstas dos de racimo extremadamente pequeño y grano diminuto. Los técnicos de la bodega localizaron 40 cepas de Maturana Tinta desperdigadas entre diferentes parcelas y 200 de Maturana Blanca. Después de las laboriosas tareas de reproducción e injertos, han conseguido unas pocas hectáreas de estas castas en peligro de extinción, con las que se han propuesto mejorar los vinos de Rioja sin recurrir a las varietales internacionales más comunes.
El Ijalba Maturana Blanca de 2010 es un blanco joven original, único en el Mundo elaborado con esta varietal. Su color es dorado con tonos verdosos. El aroma es frutal, con recuerdos a fruta de hueso y a frutas exóticas, con un deje de piel de plátano. En boca es fresco, untuoso, cítrico y persistente.
El Dionisio Ruiz Ijalba Maturana Tinta de 2010 ha permanecido 12 meses en barricas de roble francés. Tiene un bello color granate intenso y su brillo denota su buena acidez. Es complejo de aromas, con recuerdos a frutas rojas y negras, violetas, especias (cacao, coco), a mineral y sotobosque (tomillo). Expresivo y elegante. En el paladar es sabroso, estructurado y amplio, donde vuelven las sensaciones de frutas rojas y ácidas. Un vino muy personal, sorprendente.
Ijalba Maturana Blanca de 2010: 8,50 euros
Ijalba Maturana Tinta 2009: 17 euros