
Un pequeño local inaugurado apenas hace algo más de tres meses (octubre 2024), con una cocina abierta a la sala y un personal bien motivado y dispuesto a hacértelo pasar bien con sus propuestas y soluciones. María Amparo Nacher ofrece una cocina de mercado, es decir mediterránea, con importantes notas de creatividad y buen producto. Cuentan con dos menús (del día y degustación) y carta. Fijate bien en la croqueta de gamba roja con mayonesa de gochujang, el pez limón curado con sorbete de limón y albahaca, las vieiras con velo de panceta, el cochinillo o el taco de lomo bajo de rubia gallega. Cuentan con una buena selección de vinos, que atendiendo a los consejos de Alex acertarás y disfrutarás seguro. Creo que es uno de los restaurantes que hay que conocer, y cuanto antes mejor.

¡Fijate que producto!

Empezamos con el primer snack por todo lo alto. Croqueta de gamba roja con mayonesa de gochujang, con más gamba encima con un mínimo tratamiento y espirulina. Bestial.

Unos guisantes de temporada, están salteados con cebolla y menta, llevan una crema de guisantes con helado de mantequilla también de guisantes, nos encontramos la almendra marcona laminada y tostada, también está en crema, son los puntos blancos, y unos brotes de guisantes. Es un plato que se recomienda no mezclar, para no perder la esencia de las diferentes texturas, así que hay ir poquito a poquito.

Llega el pez limón curado a la sal, para acompañar viene con un helado de Rubén Álvarez, es de limón y albahaca, acompañado de una crema de aguacate, que ha sido encurtido en vinagre de manzana, y todo esto sobre una oblea de arroz frita. Es un reto acometer este bocado sin que se desmonte, pero vale la pena. Un juego de texturas y sabores espectacular.

El siguiente plato, se componía de cuatro vieiras braseadas, con una mantequilla noisette, velo de papada ibérica, una espuma de patata y trufa, les acompañan un aceite de hierbas y unos brotes de rábano. Se termina en la mesa con un poco de trufa rallada. Elegancia y exquisitez.

Cochinillo cocinado a baja temperatura, durante 12 horas a 80 grados, una espuma de polenta, cogollo braseado, aportando un punto crujiente al plato, kale frito y una reducción de la propia carne del cochinillo. Todo encaja perfectamente.

Taco del lomo bajo de la rubia gallega, la que has visto más arriba, que está acompañado con una parmentier de queso de oveja, que le hace de base, tenemos unas chalotas asadas, hay pamplinas, que es un brote que se usa mucho para acompañar este tipo de carne, para aportar frescura y viene con una demi-glace de la propia carne. Muy tierna y sabrosa.

De postre tomamos una versión del cremaet en el plato, una genialidad, compuesto de los siguientes ingredientes, un bizcocho de café, un helado de ron, gel de limón, reducción de café y canela espolvoreada. Espectacular. Muy bueno.

El viñedo Finca Mandiles, en la D.O.P. Jumilla, ha sabido sobreponerse a todo tipo de circunstancias. Ni el terreno difícil (repleto de pedruscos), ni las plagas, ni las malas prácticas han conseguido mermar los racimos de este viñedo de más de 70 años (1952) ubicado en pleno Estrecho de Marín, al sur de la denominación. Aquí es donde nace el tinto Viña Elena Bruma del Estrecho Finca Mandiles 2022. Vino tinto que se caracteriza por su frescura y ligereza. En nariz, despliega un abanico de aromas que incluyen frutas rojas, junto a frutas negras maduras. También se perciben toques de eucalipto y notas minerales que le confieren complejidad. En boca, se presenta fluido y fácil de beber, reflejando su perfil fresco y afrutado. Muy redondo y elegante. Un vino muy versátil que fue bien con todos los platos. Me entusiasmó.
Estoy mirando la agenda para ver cuando puedo volver a Xaruga.