En el centro histórico de Altea, donde las calles han perdido la horizontalidad, en el interior de una edificación que en otro momento fue vivienda, encontramos este peculiar y divertido restaurante de dos plantas que nos brinda una carta basada en tapas de autora con un rebosante toque de creatividad. En una atmósfera algo canalla y un poco alternativa te ofrecen una grata experiencia en un ambiente desenfadado y sorpresivo gastronómicamente.
Se puede comer a la carta u optar por uno de los menús que proponen, uno de degustación con nueve pases y otro de elaboraciones clásicas con ocho. Nosotros optamos por el libre albedrío y elegimos cuatro platos para cenar y dos postres. Empezamos con una focaccia casera de nuez, con pesto, pasas, rúcula y queso burrata. Su aspecto es diferente al que estamos acostumbrados, ya que el pan plano típico de esta receta italiana aquí se convierte en una rebanada proveniente de una pieza grande. Estaba crujiente y apetitoso.
Continuamos con una patatas bravas al estilo de la Xef. Como se puede apreciar no son nada convencionales. En realidad se trata de un milhojas de patatas fritas crujientes, cubiertas de una salsa picante suave y acompañadas de su all i oli. Que te sorprendan con unas bravas es un plus y si además están buenas, como éstas, mejor todavía.
El tercer plato fue esta Piadina de lacón y mozzarella. Con una masa gustosa y un relleno apetitoso fue visto y no visto, nos supo a poco. Es muy curioso que con una masa tan sencilla de hacer se obtengan tan diferentes resultados, siempre en función de la pericia del elaborador. Algún secreto tendrá la Xef Pirata.
Canelón gratinado de bacalao con salsa huancaína. Aquí tenemos una preparación de cocina fusión, ya que la salsa que lleva es típica de un plato peruano con papas. Al canelón le iba muy bien, ya que sustituye perfectamente a la bechamel dándole un punto de sabor más intenso. Por contrapartida al relleno le faltaba algo más de bacalao, pero el conjunto resulta interesante. Grato.
El postre elegido fue este Crumble de almendras con arándanos, manzana y helado de crema de orujo. La Xef nos vuelve a sorprender, ya que estamos habituados a encontrarnos este postre desmenuzado, pero no tiene por qué ser así, ya que se trata de un pastel que se elabora en otoño-invierno y que su consistencia es, ni más ni menos, desmenuzable (crumble). Tengo que confesar que prefiero esta presentación. Además estaba muy rico.
Como una buena alternativa al postre elegimos este cóctel "The Blues Man" elaborado con Tequila José Cuervo Silver, Malibu, lima y curaçao azul. Hay una carta de cócteles muy interesante. Tienen un mixólogo que está creando nuevas propuestas, esta es una de ellas. Exquisito.
El vino elegido para esta cena fue Finca La Montesa de Monte Yerga, un vino clásico de Álvaro Palacios que elabora en La Rioja, un vino moderno que refleja las características de su lugar de origen. Con 12 meses de crianza en barricas de roble francés. Tiene una expresiva nariz de fruta roja madura y notas de flores violetas. En la boca es jugoso, fresco y equilibrado. Un vino de cuerpo medio con una acidez elocuente, unos taninos finos y un final muy seductor. Siempre convence.
Después de cenar un ligero paseo para disfrutar del núcleo urbano de Altea.
Tómate nota de la dirección de este restaurante par cuando vayas por allí.