
De nuevo en Yarza, es como un imán que te atrae cuando te planteas disfrutar sin sobresaltos. Manu Yarza ofrece una experiencia culinaria que honra con maestría la cocina tradicional, convirtiéndose en un verdadero adalid del sabor. Cada plato refleja un profundo respeto por las recetas de antaño, con elaboraciones cuidadas que resaltan la calidad de los ingredientes locales. Desde sus guisos lentos hasta sus pescados de lonja, todo está impregnado de ese sabor auténtico que remite a la cocina de casa, pero con una ejecución impecable. El ambiente tranquilo de la sala y el servicio cercano complementan a la perfección una propuesta gastronómica que celebra la tradición más pura, posicionando a Yarza como una parada obligada para quienes buscan reconectar con lo esencial de la cocina de siempre. Invariablemente ofrece una carta muy atractiva basada en productos de temporada respaldada con otras muchas sugerencias de mercado. Este ha sido el festival de hoy.

Empezamos con un detalle habitual, que ayuda a entonar el paladar y que está rico. Se trata de un suculento caldo de marisco.

Son imprescindibles sus buñuelos de bacalao, cuyo interior es una mezcla emulsionada del pescado, ajos y aceite, que los hacen especiales por su textura y sabor, y de los mejores que se pueden probar.

Esta ensalada de alcachofas en texturas con trufa y parmesano es una lástima que no se pueda disfrutar todo el año debido a la temporalidad de esos dos ingredientes.

A la reina del mar se le hace un hueco siempre, la gamba roja cocida es un manjar en todas partes pero aquí sale perfecta. Saben darle el tiempo justo para que esté jugosa y sabrosa, disfrutona.

Las cocochas de merluza se pueden pedir a la plancha, rebozadas o al pil pil, elegimos esta tercera opción, creo que es como mejor están, al menos es como más me gustan.

El chipirón relleno en su tinta está delicioso ¡Qué más se puede pedir!

La ventresca de atún rojo con verduras era uno de los pescados del día y no había que dejar pasar la ocasión. Venía acompañado de bimi, que es un híbrido del brócoli, tomate deshidratado, cebolla caramelizada, alcaparras, aceituna kalamata y pak choi, una variedad de col asiática. Exquisito.

La torrija caramelizada es uno de los postres emblemáticos del restaurante.

El coulant de avellana también está muy apetitoso. Pruébalo la próxima vez.

Todo lo anterior estuvo bien acompañado por este Lalume 2022 de Dominio do Bibei, es un vino blanco de la D.O. Ribeiro que destaca por su elegancia y complejidad. Elaborado principalmente con Treixadura (86%), complementado con Albariño, Godello, Caíño Blanco, Loureira y Torrontés, ofrece un perfil aromático que combina notas de flores amarillas y hierbas. En la boca, se presenta armonioso y expresivo, con una acidez equilibrada y un final seco y sabroso. Delicioso.

Los postres los tomamos junto a una copa de vino de hielo de Bodegas Enguera. Te pongo la explicación de la bodega que es más precisa e interesante. "Los racimos enteros se guardan en cámara frigorífica a -10ºC durante 15 días. La congelación de la pulpa rompe los hollejos liberando los aromas que dan carácter único a Verdil de gel. Detenemos la fermentación cuando el vino ha llegado a los 8,5% Vol., momento en el cual los aromas fermentativos se encuentran en su máximo esplendor. El azúcar residual de Verdil de gel procede del azúcar natural de la uva que no ha fermentado."
El enólogo dice "Color amarillo pajizo, limpio y muy bonito. Nariz muy expresiva que recuerda a flores blancas, a jazmín, flor de azahar. Destacan aromas dulces, miel, canela. Se aprecian también un fondo cítrico y delicadas notas a manzana Excelente equilibrio, vino dulce pero no empalagoso, fino y muy elegante. Buena acidez que mantiene el vino equilibrando azúcar y alcohol."
Hasta la próxima, que será antes de lo previsto, seguro