Además de la cocina mediterránea nos chiflan otras muchas, como la mexicana y la peruana, además de las orientales, entre ellas la coreana y la india, también la libanesa y marroquí, aunque estas dos últimas, las cuales tienen muchas peculiaridades propias, las metería en el grupo de cocina mediterránea. De la mexicana, en Niña Bonita, ya dimos cuenta el pasado día 22 en este blog, fue magnífica. Y, aunque tenemos como una inmejorable referencia la de nuestros amigos del Restaurante Orson, nos apetecía probar otro peruano y de esta forma ampliar nuestra experiencia, que siempre es enriquecedora. Así que al grano. Empezar con un aperitivo genuino del Perú es como una ceremonia ineludible. Y aquí está este Pisco Sour tan bien resuelto por quien lo inventara, habría que hacerle un monumento. En 2004 el gobierno peruano creó un día festivo anual en honor del pisco sour, el primer sábado de febrero. Básicamente se hace con pisco, que es un aguardiente de uvas, zumo de limón y clara de huevo batida. Te recomiendo que lo pruebes.
Que el chef estuviera trabajando 16 años en Venezuela podría ser la causa de que figuren en carta estos tequeños. Se trata de una preparación culinaria originaria de Venezuela que consiste en una masa crujiente frita, rellena de queso blanco o queso mozzarella, entre otros rellenos. Es consumido como entremés, desayuno, comida rápida o merienda. Generalmente se sirven solos pero es posible acompañarlos de alguna salsa, por ejemplo ketchup, salsa rosa, salsa tártara, salsa picante o alguna salsa con sabor a ajo, cebolla, queso cheddar, tocino, etc. Nosotros optamos por la opción mixta que se componía de tequeños de queso, de lomo saltado y de ají de gallina.
Desde que probé este plato en el Restaurante Orson de Valencia no me resisto a pedirlo en cuanto tengo ocasión. Básicamente se compone de un surtido de pescados y mariscos marinados previamente en leche de tigre, después rebozados con harina o panko y fritos. Van acompañados generalmente de unas verduras y alguna salsa, preferentemente tártara que le va muy bien. Aquí tenemos la Jalea Nikkei compuesta de Chicharrón de pescado (rebozado y frito), chicharrón de calamar y langostino al panko. Para disfrutar.
Acabamos con unos Tallarines a la Huancaina. Se trata de un tradicional plato peruano de tallarines con una salsa a base de ají amarillo, queso fresco, aceite y leche a los que después se le añade lomo de res saltado con verduras troceadas en grande. En realidad son dos recetas en una. Me gustó mucho.
Y hasta aquí la experiencia de la cocina peruana fuera de nuestra casa. Estuvo bien, valió la pena.