Estoy bastante cabreado. Ya me viene pasando bastante tiempo, en algunos restaurantes no se trata igual a los clientes cuando van solos y no son conocidos, por supuesto. En la mayoría de los casos te ponen en los peores sitios, junto a una puerta de los aseos, en una mesa pegada a la barra, en un pasillo escondido, o también en la terraza en plena canícula, como es el caso que hoy te ilustro. Seguramente dan por hecho que un comensal que va solo hará poco gasto y no les interesa ¡Qué equivocados están!

Aquí tienes la prueba, si haces la reserva para una persona no te permiten elegir en el comedor interior, la opción es exclusivamente en la terraza, no te dejan elegir sala ¡con el calor que esta haciendo!

Pero si eliges la opción de dos o más personas entonces si que te permiten pedir mesa en el interior. Que quede claro que esta opción la seleccioné en segundo lugar, es decir, no se había llenado el comedor mientras yo hacia la reserva. Primero no había mesa en la sala y luego sí. No es la primera vez que me pasa.

He intentado hacer la reserva también por teléfono, para ver si podía razonar con alguien, pero responde un asistente virtual, me mandaba también a la terraza y cuando me ha pedido la conformidad de la reserva le he dicho que NO estaba conforme y se ha rallado, no entendía que le dijera que no, y me ha colgado. Diciendo que lo intentase más tarde.

Es una equivocación pensar que dos personas van a consumir siempre más que una. Además hay inspectores de guías gastronómicas que van solos a comer. Ahí lo dejo.

"Los datos de OpenTable para el mercado estadounidense indican que los comensales que disfrutan de sus comidas solos gastan por persona un 48% más que cualquier otro perfil, alcanzado una media de 84 dólares por comida"  Enlace

Desde luego no pienso ir y si alguien me pregunta lo desaconsejaré. Tengo ya varios en la lista.

¡Hasta las p...tas!

¿Has probado la experiencia de salir a comer solo? No es mejor ni peor que ir acompañado, sencillamente es diferente, es una práctica que puede llegar a gustar, es adictiva. Y un poco egoísta, cuando eliges los platos solo piensas en tí y con el vino ocurre lo mismo. Estás centrado en tus gustos únicamente. ¡Inténtalo!

Ya sé que no es una tendencia muy arraigada en la cultura mediterránea, somos más sociables que las comunidades septentrionales europeas y norteamericanas, pero está en auge, ya tiene hasta nombre "solo dining".